El "arte de vivir" es una expresión extraña. Los griegos fueron los que elaboraron la teoría del arte. Buscando las razones y las reglas, llegaron a la conclusión de que había cinco elementos que debían hallarse siempre, para que algo fuese considerado "una obra de arte": orden, equilibrio, contraste, unidad y armonía. Estos cinco elementos representen la expresión de las aspiraciones que todos tenemos para nuestras vidas. Buscar en cada uno de nosotros esos cinco atributos, podría dar como resultado una perfecta obra de arte. Podríamos probar...todos tenemos algo de artistas.
¿Qué cosas necesitamos para sobrevivir? Entre las respuestas más evidentes figuran el aire, los alimentos, un lugar donde refugiarnos, vestimenta, agua, etc. No podemos negar que tenemos cuerpos y que "ineludiblemente" necesitamos satisfacer sus requerimientos. Al igual que otros seres vivos, el ser humano cubre sus necesidades básicas a través de su instinto de supervivencia. Pero hay algo que nos diferencia de las otras especies; algo superior al instinto de supervivencia.
Una chispa especial está latente en cada uno de nosotros: el espíritu de superación o de trascendencia. Esta chispa enciende la fuerza que nos impulsa a avanzar; a mejorar; a corregir errores; a sostenernos ante las dificultades y a trascenderlas; a realizar nuevas conquistas (un nuevo amor, más conocimientos, mejor trabajo, más riquezas materiales o espirituales).
El espíritu de superación nos da la energía necesaria para trabajar duro, para enfrentar aquellas cosas que no son fáciles. Nos da tenacidad, capacidad de soportar y de luchar y, sobre todo, nos brinda la fuerza que jamás nos permitirá rendirnos... Aprendemos a detener la marcha... y pensar.
Todo lo que transcurre a nuestro lado y creemos que está fuera de nosotros, en realidad, también está dentro. Eres todo lo que eres...Lo primero que necesitamos hacer, para conocernos a nosotros mismos, es disolver los prejuicios, que son las ideas pre-concebidas, lo que creemos sobre nosotros mismos y sobre los demás, aquello que "pensamos... sin pensar".
Aprendemos a ver y reflejarnos... en los espejos del alma. Cuando estamos con otra persona, ésta siempre tiene una razón tan poderosa como la nuestra. Puede estar equivocada, pero lo que dice es lógico para ella. Si confrontamos con lo que la otra persona expresa, estamos planteando una "lucha a ciegas" donde, lo primero que hacemos, es golpear a la persona en lugar de su discurso... y la otra persona hará lo mismo.
Para bien o para mal, el juego de la comunicación es un espejo. Nuestro golpe nos dolerá. Si no tenemos en cuenta el "efecto espejo" que tiene cada confrontación y no aprendemos a detenerla a tiempo, nuestras discusiones siempre desencadenarán situaciones de lucha, de defensa y ataque, muy poco efectivas para las relaciones humanas.
El cambio personal es un proceso continuo que requiere renunciar a antiguas conductas y puntos de vista, considerando nuevas posibilidades e incorporándolas. Consiste en desafiar las viejas ideas, adquirir conciencia, experimentar la esperanza y probar nuevas formas de hacer las cosas, más congruentes con lo que realmente queremos. Pero esto no es fácil ni lineal. A veces se producen desviaciones, incongruencias, avances y retrocesos, superposiciones y espacios vacíos. En realidad, es una cuestión bastante desordenada.
El cambio personal toma tiempo y exige persistencia, compromiso y paciencia que puede llegar a ser muy desalentador. Y, cuando el corazón se rinde, es fácil perderse en atajos, callejones y vericuetos.
Transitar el camino del desarrollo personal, cambiar, crecer, superarse y mejorar... es como cultivar una hermosa flor. No sólo se siembra la semilla, sino que necesita mucha atención, cuidado y protección. Necesita ser nutrida. Una flor es muy frágil y su vida no es muy larga, pero es una obra de arte que embellece nuestro mundo y deleita a todo aquel que la observa. Lo mismo puede ocurrir con nosotros..."Todo cambio, aún el más esperado, tiene su melancolía porque dejamos atrás una parte de nosotros. Debemos morir, antes de poder entrar en otra vida"
Claves para el despertar:
No comparar
No confrontar
No juzgar
No expectativas
Si observar
Si Silencio (mental)
Si contemplar
Si vivir
Si experimentar
Si verificar
¿Qué cosas necesitamos para sobrevivir? Entre las respuestas más evidentes figuran el aire, los alimentos, un lugar donde refugiarnos, vestimenta, agua, etc. No podemos negar que tenemos cuerpos y que "ineludiblemente" necesitamos satisfacer sus requerimientos. Al igual que otros seres vivos, el ser humano cubre sus necesidades básicas a través de su instinto de supervivencia. Pero hay algo que nos diferencia de las otras especies; algo superior al instinto de supervivencia.
Una chispa especial está latente en cada uno de nosotros: el espíritu de superación o de trascendencia. Esta chispa enciende la fuerza que nos impulsa a avanzar; a mejorar; a corregir errores; a sostenernos ante las dificultades y a trascenderlas; a realizar nuevas conquistas (un nuevo amor, más conocimientos, mejor trabajo, más riquezas materiales o espirituales).
El espíritu de superación nos da la energía necesaria para trabajar duro, para enfrentar aquellas cosas que no son fáciles. Nos da tenacidad, capacidad de soportar y de luchar y, sobre todo, nos brinda la fuerza que jamás nos permitirá rendirnos... Aprendemos a detener la marcha... y pensar.
Todo lo que transcurre a nuestro lado y creemos que está fuera de nosotros, en realidad, también está dentro. Eres todo lo que eres...Lo primero que necesitamos hacer, para conocernos a nosotros mismos, es disolver los prejuicios, que son las ideas pre-concebidas, lo que creemos sobre nosotros mismos y sobre los demás, aquello que "pensamos... sin pensar".
Aprendemos a ver y reflejarnos... en los espejos del alma. Cuando estamos con otra persona, ésta siempre tiene una razón tan poderosa como la nuestra. Puede estar equivocada, pero lo que dice es lógico para ella. Si confrontamos con lo que la otra persona expresa, estamos planteando una "lucha a ciegas" donde, lo primero que hacemos, es golpear a la persona en lugar de su discurso... y la otra persona hará lo mismo.
Para bien o para mal, el juego de la comunicación es un espejo. Nuestro golpe nos dolerá. Si no tenemos en cuenta el "efecto espejo" que tiene cada confrontación y no aprendemos a detenerla a tiempo, nuestras discusiones siempre desencadenarán situaciones de lucha, de defensa y ataque, muy poco efectivas para las relaciones humanas.
El cambio personal es un proceso continuo que requiere renunciar a antiguas conductas y puntos de vista, considerando nuevas posibilidades e incorporándolas. Consiste en desafiar las viejas ideas, adquirir conciencia, experimentar la esperanza y probar nuevas formas de hacer las cosas, más congruentes con lo que realmente queremos. Pero esto no es fácil ni lineal. A veces se producen desviaciones, incongruencias, avances y retrocesos, superposiciones y espacios vacíos. En realidad, es una cuestión bastante desordenada.
El cambio personal toma tiempo y exige persistencia, compromiso y paciencia que puede llegar a ser muy desalentador. Y, cuando el corazón se rinde, es fácil perderse en atajos, callejones y vericuetos.
Transitar el camino del desarrollo personal, cambiar, crecer, superarse y mejorar... es como cultivar una hermosa flor. No sólo se siembra la semilla, sino que necesita mucha atención, cuidado y protección. Necesita ser nutrida. Una flor es muy frágil y su vida no es muy larga, pero es una obra de arte que embellece nuestro mundo y deleita a todo aquel que la observa. Lo mismo puede ocurrir con nosotros..."Todo cambio, aún el más esperado, tiene su melancolía porque dejamos atrás una parte de nosotros. Debemos morir, antes de poder entrar en otra vida"
Claves para el despertar:
No comparar
No confrontar
No juzgar
No expectativas
Si observar
Si Silencio (mental)
Si contemplar
Si vivir
Si experimentar
Si verificar