miércoles, julio 19, 2006

El poder de elegir.

El ser humano ha olvidado que hace millones de años comenzó un juego. El juego consistía en ignorar momentáneamente su esencia divina. Poco a poco dejó de ver las cosas tal como eran para crear una realidad a partir de un sistema de creencias, inconsciente e incontrolado, según los modos negativos de la propia vida emocional.

La vida es una sucesión infinita de puertas cerradas, semiabiertas o entornadas. Difícilmente encontremos puertas completamente abiertas, salvo las que nos han abierto otros y nos han invitado a entrar. Y a veces entrar es como encerrarse. Ellos han elegido por nosotros sin que nos demos cuenta. Pensamos que es el curso natural de las cosas. Que otros señalen nuestros caminos, nuestro caminar. Y no esta mal.

Desde que nacemos necesitamos esa primera guía, esa primera indicación. No sólo la necesitamos, sino que la exigimos: ¿qué ropa de pongo mamá? ¿esta bien que diga tal cosa? Si bien en los primeros años de la adolescencia nos sentimos oprimidos por tanta indicación, y nos creemos capaces de revelarnos contra el mundo y de saber que puertas debemos abrir, al cabo de unos años nos damos cuenta, aunque no lo reconozcamos, que lo que en realidad hacemos es buscar nuevas fuentes que nos indiquen por que caminos transitar.

Padres, hermanos, maestros, amigos, vecinos, le danos voz a quien pueda indicarnos un camino útil, o que lo parezca. Pero los años siguen pasando, miramos las puertas abiertas, nos reprochamos por haber traspasado algunas y pensamos que no existen muchas otras. Creemos que las abiertas son casi las únicas que se podrán abrir. Intuimos en el fondo de nuestro corazón que debe haber otras. Miramos a nuestro alrededor y vemos que otros han abierto otras. Pero, nos decimos, ellos tuvieron más suerte, una mejor familia, más dinero, más belleza, inteligencia, mejores contactos.

Elegir, es lo que se llama tener libertad “la libertad de escoger entre una cosa u otra”. Ahora, la cuestión reside en saber si estamos eligiendo lo que realmente deseamos de la vida. La pregunta que debemos contestarnos, sería la siguiente: ¿Estoy eligiendo lo que me gusta para vivir mi vida plenamente?

Si tu respuesta, es no, y tienes mil excusas, porque no tengo estudios suficientes, porque no tengo dinero suficiente, porque no soy tan hábil, porque soy mujer, o porque soy muy joven o muy viejo, porque ya no tengo tiempo, etc., entonces has caído entre aquellos personas que sufren de una enfermedad muy generalizada, que se llama "Excusivitis Aguditis"

La verdad, es que siempre hemos tenido la libertad de elegir, en cada momento de nuestra vida. Si eres un inválido o enfermo, puedes tener menos opciones, pero si estás entre aquellos que tienen el privilegio de contar con todos sus órganos, entonces no hay excusa que valga. Inclusive, puede ser que pienses que no has tenido la libertad para elegir, cuando en realidad, lo que ha sucedido, es que no te has decidido a reclamar lo que por derecho te pertenece.

¿Cómo es que tomas tus decisiones? ¿Basado en qué?
Debería… Haces lo que crees que deberías hacer.
Para complacer a otros.- Haciendo lo que otros quieren, o haciendo lo que esperan de ti.
Por miedo.- Escogiendo el camino seguro, por miedo a hacer algo diferente.
Por hábito.-De hecho, nunca has pensado en lo que haces, porque estás acostumbrado a hacerlo del mismo modo siempre.

O viéndolo de diferente manera, sabes que posees "El Poder de elegir” cuando tú decides en base a:
Deseo.- Eligiendo lo que tú quieres.
Necesidades.- Eligiendo de acuerdo a tus más grandes anhelos.
Autenticidad.- Eligiendo con la seguridad de que tú sabes quién eres y sabes el terreno que pisas.
Intelectual.- Te esfuerzas en ser alguien en la vida.

O sea que estás completamente convencido de que tienes una gran variedad de opciones para escoger y juegas con esas opciones para elegir según tu criterio. Teniendo muy claro lo que tú quieres, existe un propósito al que darle sentido. Con un objetivo, al cual dirigirte, sabrás fácilmente que te funciona para escoger lo más conveniente.

Ahora, hagamos un alto en el camino, para que te hagas otras preguntas:
¿Por qué estoy haciendo lo que estoy haciendo?
¿Cuál es el objetivo que deseo alcanzar?
¿Estoy feliz de hacer, lo que hago todos los días?
¿Me siento realizado porque estoy persiguiendo un objetivo definido?

¡Anota tus respuestas! Sé consciente, de cómo estás utilizando el material del que está hecha tu vida. Es decir, date cuenta como estás invirtiendo "tu tiempo". Esto te hará reflexionar y "DECIDIR" si lo que estás haciendo te gusta o en su caso, dejarlo de hacer, porque ¡NO LO QUIERES HACER MAS!

Nunca permitas, que se te pasen los días, las semanas, los meses y los años, sin saber si lo que estás haciendo ha sido seleccionado por ti. Tampoco te permitas jugar el rol de víctima, porque aquellos que han aceptado ese papel, lo que en realidad han hecho, es que han dejado a un lado "SU PODER DE ELEGIR"

Tú y solamente tú, eres responsable de tu vida. Eres como la estrella de tu propia película. Cuando te des cuenta de tu propio valor, entonces podrás utilizar tu poder interno, para reclamar lo que quieres de la vida y aprovechando tu tiempo hacer las elecciones que te parezcan correctas.

Para que todo salga bien, debemos tener la mente abierta. No te debemos encerrarnos en el mundo de la rutina. Selecciona un área donde estés insatisfecho con tu vida y elige hacer algo nuevo, algo que te saque de lo monótono. Arriésgate más, haciendo y comportándote de manera diferente. Pónte tus mejores ropas y camina con orgullo.

El poder de elegir y el valor de cambiar lo que no te agrada, serán parte de tus nuevas herramientas. Muy pronto, estarás sorprendido, de que tan sencillo será lograr lo que te propongas. Tendrás la oportunidad de construir tu futuro, sentando las bases en el presente y olvidándote del pasado.

Quizás deberíamos volver un poco a ser niños. Comenzar a dibujar muchas puertas en un papel. Ponerles nombre, señalar caminos. Dar vuelta el papel y seguir dibujando puertas. Luego, sentarnos tranquilos con un café en mano, mirar los dibujos a distancia, reflexionar, analizar. Escuchar lo que el tacto de nuestras manos con el lápiz y el papel nos tiene que decir. Quizás nos demos cuenta que tenemos el poder. El poder de imaginar, de crear, de dibujar puertas y caminos, de inventarlos. Finalmente, quizás comprendamos que tenemos el poder de elegir cual deseamos abrir.

Aunque nos cueste reconocer, somos lo que comemos y comemos lo que sembramos. Dicho en otras palabras, recibimos lo que damos. El mundo que vemos como nuestro exterior es un espejo que nos refleja en cada momento nuestro estado interior.

Victor Frankl, "Todo lo que amamos se nos puede arrancar; lo que no se nos puede quitar es el poder de elegir qué actitud asumir ante estos acontecimientos".