martes, marzo 14, 2006

La ley del menor esfuerzo.

La ley del menor esfuerzo, no como un abandono de la búsqueda interior sino como un simple dejar brotar espontáneamente lo que nos viene de adentro. Hace referencia a que nosotros debemos practicar la aceptación: de personas, situaciones, sucesos, tal como se van presentando, con la fluidez de un manantial.

Se aceptan las cosas como son en este momento, no como me gustaría o me convendría que fueran aceptándolas. Se acepta la responsabilidad propia de mi situación y de todos los sucesos que percibo como problemas. Se transforma dicho momento en un beneficio mayor al rechazar formas defensivas inconscientes que todos las tenemos ante la evidencia del problema, no adoptando actitudes rígidas que responden a mecanismos neuróticos.

Debemos mirarnos hacia adentro con la mirada profunda del amor y poder observar las decisiones que tomamos. Con solo observarlas y traerlas al plano de la conciencia no fallaremos. Debemos contestarnos: ¿Cuáles son las consecuencias de estas decisiones? ¿Traerán felicidad y realización para mí y para aquellos a quienes afectarán?

Finalmente, pediré orientación a mi corazón, es decir a las voces profundas de mis afectos, a mi yo emocional, a lo que siento más que a lo que pienso. Si estoy a gusto con la decisión, seguiré sin temor porque la misma es un brote de mí ser, algo que salió de mi raíz más profunda.

En el campo de la potencialidad pura, donde se reúne toda la energía cuántica, campo de la conciencia pura, influirán la intención y el deseo. Al ponerlo en práctica en todos nuestros actos, el amor nos permitirá que los obstáculos no disipen nuestra atención en el momento presente.

Aceptaremos el presente como es y proyectaremos el futuro a través de nuestras intenciones y mis deseos más profundos y más queridos. Creo que, a medida que recorremos nuestro mundo interior, tratándonos de conocer un poco más día a día, tomando coraje para enfrentar nuestro pasado, daremos paso a la fortaleza para emprender el hoy sin bloqueos. Y lo haremos con seguridad, debido que el yo nos estará acompañando en este difícil transitar de la vida.

Los miedos, los apegos, las ansiedades y las angustias quedarán atrás. Chopra, nos da una esperanza de vida porque cree y nos convence que el amor es la fuerza que regula la armonía del universo, aunque los seres humanos seamos todavía tan propensos a cultivar los valores materiales y hacer sentir el peso del poder.

Un acontecimiento vital es el descubrimiento de nuestra energía, base de una buena salud, de relaciones personales equilibradas, de seres hacedores, creativos, positivos, en el marco de éste, un mundo tan desvalido.

Tendremos que descubrir los talentos que se encuentran en cada uno de nosotros, porque ello nos llevará a estar en una dicha absoluta; debemos saber en el fondo de cada uno cómo se puede servir a la humanidad y ponernos en práctica. Así llegaremos a un saber que no conoce fronteras: el unir las necesidades de nuestros semejantes con nuestros deseos de ayuda y de servicio.

Al descubrir nuestra divinidad espiritual, esencia pura del amor, encontraremos el talento único que se halla en nuestro ser interior. Seremos entonces hacedores y generadores de la riqueza, ya que las necesidades de éste mundo concuerdan con las expresiones creativas de nosotros, que pasan de lo inmanifiesto a lo manifiesto, del reino del espíritu al mundo de la forma.

Cultivemos el amor, prestemos atención al espíritu interior y así despertaremos a un gozo celestial.

jueves, marzo 02, 2006

Lo que no tiene solución

El ser humano vive en constante búsqueda, su interior es insaciable, siempre está añorando aquello que no tiene, indagando salidas y soluciones, dependiendo de ello su felicidad y aún sus reacciones…

Es más fácil pensar en lo que no tenemos o nos hace falta, así sea poco; centramos la atención en los vacíos y carencias, convirtiéndolos en indispensables para sentirnos realizados, dejando todo lo demás que poseemos a un lado…

Muchas veces en esa búsqueda angustiosa, dejamos ir lo valioso que ya teníamos, porque se nos va la vida buscando quizás una solución donde no la hay, queriendo encontrar algo que tal vez no está; esperando lo que posiblemente nunca vendrá…

Y nos echamos a morir estando vivos, se nos van los mejores años y nos perdemos de mil cosas por no valorar y cuidar lo precioso que poseíamos, tan solo porque fijamos toda nuestra atención en aquello que carecíamos…

Es bueno tener sueños y luchar por ellos; pero no podemos desgastarnos y olvidarnos de lo que poseemos, hay que aprender a ser feliz con lo grande y lo pequeño…

Si las cosas tienen solución, no hay porque angustiarse y perder la paz; trabajemos con ahínco por poderlo arreglar… Pero si aquello no tiene otra salida o no se puede solucionar; tampoco hemos de echar todo por la borda y renunciar a nuestra felicidad; hay todavía mucho por hacer y por soñar… construyamos nuevas ilusiones, busquemos nuestra realización personal…

Hay que aprender a aceptar que tenemos limitaciones y no convertirlas en bloqueos mentales y frustraciones; todos los seres en el mundo tienen cosas que pueden y no pueden hacer o tener, Dios a todos sus hijos les ha colmado de muchas bendiciones; hay simplemente que reconocerlas y cultivarlas; para así no vivir alimentando vacíos, traumas, amarguras y decepciones…

Hay muchas cosas que quizás añoramos y no podemos tener, un amor prohibido, un hijo que no ha nacido, algo de dinero o posición, algún objeto, un trabajo, no pensemos que se nos ha negado, simplemente hay que entender y aceptar que así suele suceder aunque no lo comprendamos y al saberlo nos hagamos daño...

Si eso que nos hace falta, nos impide ser felices… pensemos en todo lo grande y bello que poseemos y en lo que sentiríamos si de repente por centrar la atención en las carencias y limitaciones, lo perdemos… Hay muchos que desearían tener una mínima parte de lo que tenemos; valorémoslo y disfrutémoslo, demos gracias a Dios, superémoslo, ¡Claro que podemos!... Sigamos viviendo y gozando, no dejemos de soñar, quizás cuando menos lo pensemos eso que anhelamos tanto nos llegará…

Si las cosas tienen solución no nos angustiemos, en paz busquémosla… y si no tienen, ¿por qué nos hemos de inquietar?... la vida sigue, hay que continuar…