sábado, diciembre 30, 2006

Al terminar el 2006.

Te invito a reflexionar sobre el año que se nos va. Un nuevo año que se nos va repleto de vivencias y aprendizajes, lleno de alegrías, juegos, penas, dolores, ganancias y pérdidas, amores y desamores, de lo que pude y no pude lograr, de luchas y desafíos. Sus vivencias y aprendizajes ya están grabadas en nuestros cuerpos, depende de nosotros como asumirlas, si lo hacemos en paz y agradecimiento, y con una esperanza renovada, de sentirme contenta de existir, de ver el hoy como una nueva oportunidad para volver a empezar; o en quedarnos pegadas en lo que no fue.

Es el momento de tomar conciencia de nuestros momentos mágicos y que fue lo que los hizo mágicos y extraordinarios. Muchas veces pensamos que nuestra vida no tiene nada de mágico, ni nos ha ocurrido nada especial. Y puede que sea asi... Pero te invito que hagas un repaso por este año y recuperes esos mágicos momentos que nos llenan el alma y nos dan fuerza para continuar, solo un momento mágico, es una infección de energía, luz y amor a nuestra alma.

La magia vive en la mirada de nuestros pensamientos, en nuestra forma de ver las cosas. Existen muchos momentos mágicos a lo largo del día, y que al hacer una evaluación, nos damos cuenta de lo mágico que fue este año. Momentos mágicos son:
-el desarrollo y éxito de cada uno de mis hijos.
-Tener salud, trabajo y amor
-el amor que brotó a cada momento de mi corazón y en algunos encuentros con personas muy queridas.
-las relaciones que permitió desarrollar mi potencial y convertirme en mejor persona para mi misma y para la sociedad
-algunas decisiones que tomé porque me llevaron por caminos intransitados y éxitos muy esperados.
-Encontré magia en cada lugar que visité, conociendo su gente y sus costumbres.
-la posibilidad de disfrutar encuentros con la naturaleza maravillosos.
-Encontré magia en cada uno de los objetivos logrados este año.

La felicidad es el instante mágico que media en la decisión de elegir entre: lo que tengo y lo que me falta.

¿Qué hace que un hecho sea mágico?
-El amor que despertaron en mi alma y el soporte que me dieron.
-El éxito que me proporcionó pararme en sueños que soñé por mucho tiempo.
-La hermosa sensación de estar en contacto conmigo mismo y reconocer que estoy en sincronía con el Universo.
-Ver la transformación y el cambio con mis propios ojos.
-Darme cuenta que hacía falta hacer ciertos cambios y desafiarme hasta conseguirlos.
-Encontrarme con el alma del otro, cuando sólo estábamos conversando.
-Los resultados que obtuve cada vez que puse límites.

Nada muy especial y sin embargo MUY MARAVILLOSO. Desde mi mirada la magia vive en los pensamientos que tengo de las cosas que vivo y que me pasan.
¿Podrías hacer entonces, tu lista de momentos mágicos del 2006?
¿Podrás reconocer en ellos que fue lo que lo que los hizo mágicos?
¿Podrás ponerle magia a tus pensamientos y de esta manera crear magia en tu vida?

La magia vive en el reconocimiento de lo mágico.

A mi me gustaría invitarte, ahora que estamos por finalizar este año 2006, a que tomes unos momentos para reconocerte y agradecer todo lo vivido y disfrutar y celebrar. Por un momento, solo enfócate en las cosas buenas, en tus logros, en tus éxitos, en todo lo maravillosos que sentiste, que viviste y que experimentaste, dejando para otro momento lo negativo. Este es momento de RECONOCER, DISFRUTAR Y CELEBRAR LA VIDA!!

Un año que comienza con nuevas ilusiones sin perder la sonrisa, siempre adelante, con la certeza en la esperanza de que este año va a ser mucho mejor para todos, donde los mejores proyectos verán la luz, y aquello que no pudo ser en este año que finaliza, en el 2007 lo veremos realizado.

Esperanza, ilusiones, alegrías, fuerza y coraje le pido a este nuevo año para ti y para mi, disfrutando de todo ello con salud, amor, prosperidad, abundancia y paz. Para liberar y cerrar las puertas de lo viejo y sembrar en los portales de lo nuevo, creando un mundo mejor de amor, luz y paz en nuestro propio renacer, en el sueño que creamos dia a dia, soy la ejecutora de mi existir. Fuerza, valor para que juntos construyamos un universo mejor.

Con cariño y amor por este año 2006 compartido
Maria Ines

jueves, diciembre 21, 2006

Feliz Navidad

Navidad significa nacimiento, y el símbolo de la Navidad es una estrella,
una luz en la oscuridad que sirvió de guía para encontrar al salvador.
Es la estrella que brilla eternamente en nuestro cielo interno y aceptémosla como símbolo de que ha llegado el tiempo de reconocer nuestra verdadera identidad.
Es la sabiduría innata que nos conducirá siempre a experiencias de paz, armonía y amor.
Es algo muy especial que está en todos y es para todos.
La Navidad es una comunión amorosa de alegría y paz compartidas, un renacer espiritual,
y un encuentro mas cercano con nuestros hermanos.
Navidad no es una fecha histórica a recordar, sino un presente que hay que vivir:
Cuando decides amar a los que te rodean. Ese día es Navidad.
Cuando decides dar un paso de reconciliación con el que te ha ofendido. Ese día es Navidad.
Cuando te encuentras con alguien que te pide ayuda y lo socorres. Ese día es Navidad.
Cuando te tomas el tiempo para charlar con los que están solos. Ese día es Navidad.
Cuando comprendes que los rencores pueden ser transformados a través del perdón. Ese día es Navidad.
Cuando te desprendes aún de lo que necesitas, para dar a los que tienen menos. Ese día es Navidad.
Cuando eliges vivir en la alegría y la esperanza. Ese día es Navidad.
Navidad es gozo, alegría, época de dar, de darnos, pero también es tiempo de dar gracias, de pedir perdón,
de hacer propósitos nuevos para renacer a una nueva vida muy cerca de Cristo".
Que en esta Navidad todos los seres que habitamos este Planeta, nazcamos a algo mejor…
Qué en esta Navidad la estrella de Belén brille en tu hogar trayendo Paz, Fe, Prosperidad, Salud, Amor y Felicidad.
María Inés

viernes, diciembre 15, 2006

Crear nuestra realidad.

Según muchos escritos es posible crear nuestra realidad: nuestro trabajo, nuestros amigos, nuestra situación económica, nuestra situación laboral, nuestra relación de pareja, la satisfacción en la vida... TODO. Y es cierto y es posible comprobarlo, y yo puedo enumerar unos cuantos ejemplos de mi propia vida que lo corroboran, por no decir que cada aspecto de mi vida y de todo lo que me rodea, lo corrobora.

Creamos cada día la realidad con nuestros pensamientos, aunque me cuesta hacerme totalmente consciente de esta circunstancia, aunque me cueste créerlo en algunos momentos, aunque me moleste trabajar o darme cuenta de algunos aspectos que bloquean mi acceso a la vida que quiero.

Los bloqueos, los problemas, etc., son en realidad oportunidades, no se si habrá alguien en el mundo con el suficiente grado de evolución como para controlar mentalmente todo lo que le sucede a su antojo, me parece que no, me parece que no estamos para eso en este mundo, todavía no. En mayor o menor medida todos y cada uno de nosotros tenemos algún bloqueo, alguna limitación, algún aspecto en el que deseamos mejorar, y esto último sobretodo, nos acompañará toda la vida por muchos bloqueos o limitaciones que superemos, por mucho que aprendamos a crear nuestra realidad siempre querremos mejorar, siempre habrá algo en lo que queramos estar mejor.

Y esto me intriga; la necesidad de mejorar siempre, la cierta inquietud de nunca tener todo, pues siempre se puede ir a más, siempre es posible replanteárselo todo y es muy saludable replantearse siempre nuestras creencias nuestros pensamientos, por nuestra propia salud, por nuestra propia comodidad personal, por estar a gusto con nosotros mismos, por aumentar nuestra autoestima por mejorar nuestro dialogo interno.

Se trata de procurar un profundo e incondicional amor a uno mismo. Creo esa es la gran lección que todo ser humano viene a aprender en la Tierra. Cuando alcancemos esa clase de amor, será lo más normal y natural del mundo crear nuestra realidad a nuestro antojo y de forma positiva por supuesto, pues de otras formas lo sabemos hacer a la perfección a día de hoy.

Crear nuestra realidad es algo que hacemos desde siempre, que hacemos todos los días, incluso que venimos haciendo desde antes de nacer y que haremos después de morir, pues nacer y morir también son estados de conciencia. No es necesario aprender a crear, nuestra realidad, pues esta circunstancia es ya un hecho, lo que es necesario es hacerlos conscientes de nuestros pensamientos, dirigirlos en la dirección adecuada para crear la realidad que queremos, deseamos, anhelamos y sobre todo merecemos.

No es sobre la realidad sobre lo que hay que aprender, es sobre nuestra mente y sobre como manejarla adecuada y positivamente. Creo que llega la hora de aprender esta lección, pues varios acontecimientos sincrónicos tocan a mi puerta, para que la abra y me permita a mí misma, algo tan simple y sencillo como imaginar a todo color la vida que quiero, que dentro de mí está deseando manifestarse. ...

miércoles, noviembre 29, 2006

Sigue tu camino.

Todos los días nos preocupamos por muy distintos motivos. Puede ser el trabajo, o quizás la situación sentimental, un problema con un amigo, o dificultades económicas. Le ponemos gran atención a estas situaciones, y muchas veces no encontramos la salida.

Sin embargo, si pensamos que cada parte de nuestro cuerpo, cada órgano, cada célula funciona con gran coordinación para lograr que cada día nos despertemos y sintamos la luz del sol. Llevamos a cabo todas nuestras actividades, sin preocuparnos de cómo nuestro corazón hace fluir la sangre por nuestro cuerpo, o cómo asimilamos los alimentos. Piensa en que todas las partes que nos forman funcionan sin que nos preocupemos de ellas.

Todo ello ocurre sin que le prestemos atención. De igual manera lo que nos rodea tiene su camino, y eres tú quien puede decidir la propia vía. Deja que la vida fluya a tu alrededor. Todo tiene su constante fluir. También tú lo tienes. Cuando descubras tu camino, cuando sientas tu dirección, verás que las dificultades tienen su solución, podrás aprender de ellas y dejarlas atrás. Cada problema es como una flor, de la que la abeja saca el polen y luego sigue su vuelo. No te quedes en un problema, no te dejes embargar por la preocupación, pues mientras más lo pienses, más te atarán.

Considera que en la vida no hay problemas, sólo situaciones por resolver. Cuando te des cuenta de que la vida es simple, que cada uno de sus elementos tienen una razón de ser, cuando comprendas que los problemas en realidad no existen, podrás iniciar tu camino hacia la felicidad.

miércoles, noviembre 22, 2006

El sentido de la vida.

Una de las más interesantes aventuras que se nos presentan en la vida es encontrarle sentido. La Vida tiene sentido, pero nos corresponde a cada uno encontrarle el sentido individual que nos permitirá aprovechar al máximo nuestra travesía por este mundo.
Se trata de encontrar las respuestas particulares a las preguntas
¿De qué se trata la vida?
¿Qué vine a hacer aquí? Se trata de respuestas particulares porque necesitamos respuestas que nos sirvan a nosotros.
A cada ser humano nos toca encontrar nuestras propias respuestas, a cada cual le toca descubrir su propia verdad. Lo que es útil para uno puede no tener sentido para otro, y lo que es significativo para este último puede carecer de valor para el primero.
Tal vez al plantearnos estas preguntas por primera vez podrían parecernos como algo fuera de nuestro alcance, y reservado exclusivamente para los grandes filósofos. Pero, los más grandes filósofos comprendieron que esta es una tarea individual, lo cual se encuentra demostrado en la ancestral frase "Conócete a ti mismo"; con la cual lejos de pretender tener las respuestas para toda la humanidad, incentivaban a cada uno a encontrar su verdad.
Aunque el hecho de encontrarle sentido a la vida no nos es enseñado en la escuela, es de gran importancia para lograr una vida satisfactoria en todos los sentidos. Pues al vivir una vida sin verdadero sentido, cualquier cosa que se hace carece de significado y no se obtiene ninguna satisfacción real. Lo anterior potencialmente podría hacernos sentir vacíos y darnos la sensación de estar solos. Esto a su vez podría colocarnos en una situación de "estar buscando algo y no saber qué es".

jueves, noviembre 02, 2006

Ley de los ciclos.

El mundo Natural se mueve en ritmos, secuencias, y ciclos, el paso de las estaciones, el movimiento de las Estrellas, el flujo y reflujo de las mareas. Las estaciones no se empujan las unas a las otras. Todo sucede en su momento, subiendo, cayendo, subiendo, como las olas de los mares, en la rueda del tiempo. "Los vientos de cambio pueden venir con la fuerza de un huracán, destrozando nuestra vida, o como una suave brisa acariciando nuestro rostro. En cada corazón del invierno yace una primavera templada, y detrás del velo de cada noche espera un amanecer sonriente. Si nos detenemos un momento y miramos las nubes, nos daremos cuenta que el mundo natural baila al son de la música del cambio, el paso de las estaciones, las evoluciones de los cielos, el día convirtiéndose en noche.

Saber que ese cambio es la única constante, que ocurre con forma propia, y en el tiempo y espacio adecuados. Siempre he tenido diferentes sentimientos sobre el cambio, algunas veces cuando la vida se torna monótona, lo deseo, pero cuando las cosas van bien, un cambio puede ser difícil. El cambio pasa con tanta naturalidad como una puesta de sol. Pero la mayoría de nosotros buscamos rutinas familiares para crear una sensación de control, seguridad y orden en nuestra vida, por tanto, el cambio puede parecer una bendición o una maldición, dependiendo de nuestros deseos.

La Ley de los Ciclos nos recuerda, que el Universo está en continuo movimiento, que al mismo tiempo que las estaciones cambian, también debemos hacerlo nosotros, que nuestros viejos hábitos no han de controlar nuestra vida, que nuestro pasado no tiene por qué convertirse en nuestro futuro, y que la inercia del cambio nos lleva a una mayor consciencia, sabiduría, y paz.

Hacer de jardinero a través de las cuatro estaciones nos ayuda a entender e integrar dentro de nosotros, las lecciones que la Madre Naturaleza nos da, sobre la Ley de los Ciclos: Aprendiendo que las semillas sólo se reproducen de su mismo tipo, que sólo recoges lo que siembras, que cada cosecha tiene un tiempo diferente de siembra, al igual que cada una tiene también un tiempo diferente de recogida, que cuando recoges la cosecha has de guardar algunas semillas para la siguiente siembra, que tienes que acabar un ciclo para poder comenzar otro, que hay un momento en todas las semillas para nacer, crecer, evolucionar, y eventualmente morir, para ser enterradas y de esa forma ser útiles como abono (experiencia) al plantar una nueva cosecha. Tal como las semillas, los ciclos de nuestras vidas se van sucediendo de la misma manera. Disfruta cada estación de tu vida. Prepara el terreno, con conocimiento y amor, pacientemente, luego planta las semillas, haz el trabajo, y recogerás abundantes frutos. Acepta la buena fortuna y la adversidad como aceptas el cambio de estaciones.

Disfruta la helada belleza de un día de invierno y los calurosos días de verano, ya que con suficiente rapidez, cada estación, cada día, cada momento, pasa a la historia, y su parecido exacto puede no ser visto nunca más. En vez de desear el verano en medio del frío invierno o pedir vientos frescos en los bochornosos días de verano, abraza a cada estación por sus propios regalos. Alinéate con los ciclos del tiempo y transformación.

Los ciclos de cambio van a suceder me guste o no, y que por tanto debería aceptarlos. La Ley de los Ciclos también revela cómo cooperar completamente en nuestra propia evolución y en la de nuestros semejantes, ser un experto en dominar el tiempo, y encontrar las respuestas buscadas. Todas las cosas tienen un momento más favorable y uno menos favorable. Las puertas se abren y se cierran; las energías suben y bajan. Un pensamiento o una acción iniciados cuando la energía está subiendo se encaminan fácilmente hacia su realización, pero un pensamiento o acción iniciado en un ciclo de descenso tiene una mayor dificultad para su realización.

Cuando la Ley de los Ciclos se combina con La Ley de la Acción para revelarnos que la paciencia es el mejor componente de la sabiduría (Decía el Sabio: La paciencia es un árbol de raíces amargas, pero de frutos muy dulces) la sabiduría de saber cuándo hay que actuar y cuándo hay que estar sereno, cuándo hablar y cuando callar, cuando trabajar y cuando descansar, cuándo subirte a la energía de un ciclo en construcción y cuándo esperar a la siguiente ola.

Somos como la cáscara de la nuez: si tratas de abrirla en el momento equivocado, no se abrirá, pero una vez que está madura, le das un golpe en el lugar adecuado, y se abre con facilidad.Recuerda la frase: “Solo cuando los oídos del alumno estén preparados, aparecerá la voz del maestro”. La vida diaria es nuestro proceso de maduración. Y un día, alguien o algo aparecerá y nos dará el golpe, para que iniciemos nuestro proceso de apertura, hacia el conocimiento Universal y a partir de ese momento se cruzaran en nuestra vida los seres humanos que necesitamos.

domingo, octubre 22, 2006

¿Por qué ó Para qué?

Ante ciertos acontecimientos de la vida, inesperados quizás, cuando sentimos que algo dentro de nosotros se nos desestabiliza, porque las cosas toman un rumbo diferente al que queríamos tomar, lanzamos un grito desesperado al cielo, queriendo encontrar respuesta a nuestro clamor: ¿Por qué me pasa esto a mí? ¿Qué es lo que he hecho tan mal para que así me tengan que castigar?

No le encontráramos sentido a lo que somos y hacemos, y ni siquiera nuestro vivir entendemos, vamos arrastrando cada paso que damos, y hasta de nuestra suerte nos lamentamos, por eso muchas veces cuando nos preguntan que cómo estamos, simplemente respondemos: “Como Dios quiere, sobreviviendo, ahí vamos”…

El preguntar ¿POR QUÉ? surge cuando buscamos una razón a lo que sentimos se nos ha impuesto y nos toca aceptar; queremos que se nos justifique aquello que asumimos simplemente porque no lo podemos cambiar… el “PARA QUÉ”, implica búsqueda de un sentido, querer trascender la situación, construir con ello un proyecto de vida, que nos ayude a ver todo desde otra visión y poderlo transformar así en la más bella misión.

Cuando no sabemos para qué hemos nacido, todo se nos convierte en rutina, el trabajo es una obligación que toca realizar, para poder subsistir… aún el existir no inspira ninguna motivación y decimos que vivir es sinónimo de sufrir…

Sin amor, nada de lo que hagamos tiene valor; de ahí esta frase que nos impulsa a sentirnos motivados por ese sentimiento que a todo le pone otro color: “No hagamos nada a la fuerza, hagamos todo con la fuerza del amor”

El hacer solo por hacer, el hacer sin sentir, con lleva simplemente a cumplir o sobrevivir; esto se refleja en las respuestas que damos a los acontecimientos de la vida diaria, a los porqués o para qué que con frecuencia buscamos; de la manera como lo afrontemos se convierte en rutina o ideal, de nosotros depende transformarlo o deformarlo.

miércoles, octubre 11, 2006

Agradecer la vida.

Ante toda etapa que concluye, ante toda tarea cumplida, se impone un grato sentimiento de bienestar y, por qué no, de gratitud: la vida fluye y nos ha ayudado brindándonos circunstancias propicias. Sin embargo, si sabemos elevar nuestra mirada para ver que sé esconde detrás de cada hecho, también tendremos la capacidad de aceptar la piedra que entorpece el camino o el imprevisto que demora la concreción de un proyecto anhelado.

Hasta en los momentos más difíciles de la vida, formamos parte de un suceso maravilloso que merece ser agradecido: estamos vivos. Por supuesto, no se trata de valorarlo en virtud de las posesiones materiales ni de la mayor o menor suerte que pensamos -nos acompaña. Se trata de descubrir que todo ser, tan solo por existir, revela un secreto, recrea la mayor magia de la que podemos ser partícipes: la vida misma.

Cómo nos sorprendemos cuando nos despertamos por la mañana y abrimos nuestros ojos. Cómo olvidar que hoy es un día irrepetible y único, y que nosotros tenemos el privilegio de vivirlo en plenitud... Así, cada objeto, cada persona, cada palabra cobrarán un nuevo significado, el que nunca deberían haber dejado de albergar, y llenarán de sentido nuestro espacio vital.

Todo ser humano llega a este mundo para cumplir una misión impostergable: aprender a quererse, conocerse en profundidad, apreciar lo que tiene, aceptar a quienes lo rodean y, entonces, transitar el camino que se abre frente a él. No importa si, en algunos tramos, el terreno es escarpado: sólo son pruebas a las que el destino nos somete a fin de fortalecer nuestro espíritu. Sepamos apreciar toda bondad y toda belleza que nos rodee, por pequeña que sea.

Pero, también, sepamos reconocer qué nos está tratando de señalar la vida cuando nos presenta obstáculos, una y otra vez. Y, sobre todo, tratemos de no perder nunca de vista que de nosotros depende, en gran medida, aquello que nos sucede. Si comprendemos el sentido último e invalorable de nuestra existencia, habremos encontrado la mejor forma de empezar a vivirla plenamente: agradecer la vida.

jueves, septiembre 28, 2006

La necesidad de Dar y Recibir.

Recibir es lo mismo que dar, porque dar y recibir son aspectos diferentes del flujo de la energía en el universo. Y si detenemos el flujo desde alguno de los dos polos, obstaculizamos la inteligencia de la naturaleza.

El flujo de la vida no es otra cosa que la interacción armoniosa de todos los elementos y las fuerzas que estructuran el campo de la existencia. Y esta interacción opera a través de la ley del dar. Puesto que nuestro cuerpo, nuestra mente y el universo mantienen un intercambio constante y dinámico, frenar la circulación de la energía es como frenar el flujo sanguíneo. Cuando la sangre deja de circular, comienza a coagularse y a estancarse. Por ello, debemos dar y recibir para mantener circulando permanentemente la riqueza y la afluencia –o cualquier cosa que deseemos en la vida.

La palabra “afluencia” viene de la raíz latina affluére (es decir, “fluir hacia”), y significa “fluir en abundancia”. El dinero realmente es un símbolo de la energía vital que intercambiamos y de la energía vital que utilizamos como consecuencia del servicio que le prestamos al universo. Al dinero, también se le llama moneda “corriente”, nombre que refleja igualmente la naturaleza fluida de la energía. La palabra “corriente” viene del latín currére que significa “correr” o “fluir”.

Por lo tanto, si impedimos la circulación del dinero –si nuestra única intención es acapararlo y aferrarnos a él-, impediremos también, que éste vuelva a circular en nuestra vida, puesto que el dinero es energía vital. Para que esa energía fluya constantemente hacia nosotros, debemos mantenerla en circulación. Al igual que un río, el dinero debe mantenerse en movimiento o, de lo contrario, comienza a estancarse, a obstruir, a sofocar y a estrangular su propia fuerza vital. La circulación lo mantiene vivo y vital.

Toda relación es una relación de dar y recibir. El dar engendra el recibir, y el recibir engendra el dar. Lo que sube debe bajar; lo que se va debe volver. En realidad, recibir es lo mismo que dar, porque dar y recibir son aspectos diferentes del flujo de la energía en el universo. Y si detenemos el flujo desde alguno de los dos polos, obstaculizamos la inteligencia de la naturaleza.

En toda semilla está la promesa de miles de bosques. Pero la semilla no debe ser acaparada; ella debe dar su inteligencia al suelo fértil. A través de su acción de dar, su energía invisible fluye para convertirse en una manifestación material.

Cuanto más demos, más recibiremos, porque mantendremos la abundancia del universo circulando en nuestra vida. En realidad, todo lo que tiene valor en la vida se multiplica únicamente cuando es dado. Lo que no se multiplica a través del dar, ni vale la pena darse, ni vale la pena recibirse. Si al dar sentimos que hemos perdido algo, el regalo no ha sido dado en realidad, y entonces no generará abundancia. Cuando damos a regañadientes, no hay energía detrás de nuestro acto de dar.

Al dar y al recibir, lo más importante es la intención. La intención debe ser siempre crear felicidad para quien da y para quien recibe, porque la felicidad sostiene y sustenta la vida y, por lo tanto, genera abundancia. La retribución es directamente proporcional a lo que se da, cuando el acto es incondicional y sale del corazón. Por eso, el acto de dar debe ser alegre; la actitud mental debe ser tal que se sienta alegría en el acto mismo de dar. De esa manera, la energía que hay en el acto de dar aumenta muchas veces más.

En realidad, practicar la ley del dar es muy sencillo: si deseamos alegría, demos alegría a otros; si deseamos amor, aprendamos a dar amor; si deseamos atención y aprecio, aprendamos a prestar atención y a apreciar a los demás; si deseamos riqueza material, ayudemos a otros a conseguir esa riqueza. Es decir, la manera más fácil de obtener lo que deseamos es ayudar a los demás a conseguir lo que ellos desean. Este principio funciona igualmente bien para las personas, las empresas, las sociedades y las naciones.

Si deseamos recibir el beneficio de todas las cosas buenas de la vida, aprendamos a desearle en silencio a todo el mundo las cosas buenas de la vida. Incluso, la sola idea de dar, el simple deseo o una sencilla oración tienen el poder de afectar a los demás. Esto se debe a que nuestro cuerpo, reducido a su estado esencial, es un haz individual de energía e información en medio de un universo de energía e información.

Somos seres individuales de conciencia en medio de un universo consciente. La palabra “conciencia” implica mucho más que energía e información –implica una energía y una información que viven en forma de pensamiento. Por lo tanto, somos haces de pensamiento en medio de un universo pensante. Y el pensamiento tiene el poder de transformar.

La vida es la danza eterna de la conciencia, que se manifiesta como un intercambio dinámico de impulsos de inteligencia entre el microcosmos y el macrocosmos, entre el cuerpo humano y el cuerpo universal, entre la mente humana y la mente cósmica.

Cuando aprendemos a dar aquello que buscamos, activamos esa danza y su coreografía con un movimiento exquisito, enérgico y vital, que constituye el palpitar eterno de la vida.

viernes, septiembre 01, 2006

¿Porqué no soy feliz?

¿Qué crees tú que necesitas para ser feliz?
¿Qué cosas quisieras tener para experimentar felicidad?
¿Qué personas necesitas tener a tu lado para sentirte feliz?
¿Qué circunstancias necesitas que cambien para que seas feliz?

Hay personas que nunca se sienten realizadas. Muchas cosas le fastidian y le molestan. Van por este hermoso mundo corriendo desesperados como un niño/a que afanado persigue el arco iris. A pesar del serio esfuerzo del niño/a y su intento de acercarse, el arco iris parece burlonamente alejarse. Para esas personas, la felicidad siempre se haya mas allá de dónde ellos se encuentran.
Me casaré cuando encuentre la persona que traiga satisfacción a mi vida. Cuando encuentre a mi cónyuge, entonces seré feliz. Otros que ya lo han encontrado y ya se han decepcionado piensan "cuando me separe de mi marido, entonces seré feliz". Otros: cuando tenga hijos seré feliz y otros cuando se marchen, entonces comenzará mi felicidad". Para ellos, una mala noticia y si tú piensas así, también te incluiría. Podremos tener riquezas y ser infeliz, estar rodeados de las personas más amorosas y vivir las circunstancias ideales, pero eso no quitará de nosotros todos nuestros males.

La felicidad no se descubre al encontrar a la persona apropiada sino en ser la persona adecuada. La felicidad no está en encontrar a quien nos haga feliz, sino en aprender a traer felicidad a los que nos rodean. La felicidad la encuentra la persona que aprende a vivir sabiamente, establece relaciones saludables, pone límites, acepta lo bueno y rechaza lo cuestionable.

Es feliz quien se acerca a las personas sin sospecha, pero con prudencia y se aleja de quienes le hacen daño, sin maltratar, pero con inteligencia. La felicidad la encuentra quien aprende a usar las cosas y no a las personas, quien no abusa ni permite el abuso. No es feliz quien nunca recibe heridas sino quien sabe como evitarlas y cuando es imposible, sabe como curarlas. No es feliz quien nunca tiene problemas o todo tiene resuelto, sino quien cuando estos llegan los enfrenta sabiamente y cuando no puede busca ayuda inmediatamente.

Por nuestro propio bien, dejemos de buscar la felicidad en las cosas, personas o circunstancias que nos están rodeando y comencemos a cambiar desde nuestro interior las actitudes que nos están afectando.

martes, agosto 22, 2006

La danza de la naturaleza.

El mundo Natural se mueve en ritmos, secuencias, y ciclos, el paso de las estaciones, el movimiento de las Estrellas, el flujo y reflujo de las mareas. Las estaciones no se empujan las unas a las otras; ni las nubes avanzan al viento a través de los cielos. Todas las cosas suceden en su momento adecuado, subiendo, cayendo, subiendo, como las olas de los mares, en la rueda del tiempo. En cada corazón del invierno yace una primavera templada, y detrás del velo de cada noche espera un amanecer sonriente.

El mundo natural baila al son de la música del cambio, el paso de las estaciones, las evoluciones de los cielos, el día convirtiéndose en noche. Todas las cosas ocurren en su propio momento, en el instante adecuado, cambiando y creciendo, apareciendo y desapareciendo, creciendo y decreciendo, el flujo y el reflujo. Cualquier cosa que sube baja, y cualquier cosa que baja puede subir otra vez. Esta es la Ley de los Ciclos: "Los vientos de cambio pueden venir con la fuerza de un huracán, destrozando nuestra vida, o como una suave brisa acariciando nuestro Saber, que ese cambio es la única constante, que ocurre con forma propia, y en el tiempo y espacio adecuados.

Siempre he tenido diferentes sentimientos sobre el cambio. Algunas veces cuando la vida se torna monótona, lo deseo, pero cuando las cosas van bien, un cambio puede ser difícil.

El cambio por sí mismo no es difícil. Pasa con tanta naturalidad como una puesta de sol. Pero la mayoría de nosotros buscamos rutinas familiares para crear una sensación de control, seguridad y orden en nuestra vida, por tanto, el cambio puede parecer una bendición o una maldición, dependiendo de nuestros deseos.

La Ley de los Ciclos nos recuerda, que el Universo está en continuo cambio, en continuo movimiento, que al mismo tiempo que las estaciones cambian, también debemos hacerlo nosotros, que nuestros viejos hábitos no han de controlar nuestra vida, que nuestro pasado no tiene por qué convertirse en nuestro futuro, y que la inercia del cambio nos lleva a una mayor consciencia, sabiduría, y paz.

Hacer de jardinero a través de las cuatro estaciones nos ayuda a entender e integrar dentro de nosotros, las lecciones que la Madre Naturaleza nos da sobre la Ley de los Ciclos: Aprendiendo que las semillas sólo se reproducen de su mismo tipo, que sólo recoges lo que siembras, que cada cosecha tiene un tiempo diferente de siembra, al igual que cada una tiene también un tiempo diferente de recogida, que cuando recoges la cosecha has de guardar algunas semillas para la siguiente siembra, que tienes que acabar un ciclo para poder comenzar otro, que hay un momento en todas las semillas para nacer, crecer, evolucionar, y eventualmente morir, para ser enterradas y de esa forma ser útiles como abono (experiencia) al plantar una nueva cosecha. Tal como las semillas, los ciclos de nuestras vidas se van sucediendo de la misma manera.

Esta es una invitación a disfrutar cada estación de nuestra vida. Preparar el terreno, con conocimiento y amor, pacientemente, luego plantar las semillas, hacer el trabajo, y luego recoger los abundantes frutos. Aceptar la buena fortuna y la adversidad como aceptamos el cambio de estaciones.

Disfrutar la helada belleza de un día de invierno y los calurosos días de verano, ya que con suficiente rapidez, cada estación, cada día, cada momento, pasa a la historia, y su parecido exacto puede no ser visto nunca más. En vez de desear el verano en medio del frío invierno o pedir vientos frescos en los calurosos días de verano, abracemos cada estación por sus propios regalos. Alinéate con los ciclos del tiempo y transformación, navegando sobre el cambio como los barcos sobre las olas. Todas las cosas tienen un momento más favorable y uno menos favorable. Las puertas se abren y se cierran; las energías suben y bajan. Un pensamiento o una acción iniciados cuando la energía está subiendo se encaminan fácilmente hacia su realización, pero un pensamiento o acción iniciado en un ciclo de descenso tiene una mayor dificultad para su realización.

Es entonces cuando la Ley de los Ciclos se combina con La Ley de la Acción para revelarnos que la paciencia es el mejor componente de la sabiduría. Decía el Sabio: La paciencia es un árbol de raíces amargas, pero de frutos muy dulces, la sabiduría de saber cuándo hay que actuar y cuándo hay que estar sereno, cuándo hablar y cuando callar, cuando trabajar y cuando descansar, cuándo subirte a la energía de un ciclo en construcción y cuándo esperar a la siguiente ola.

Nosotros somos como la cáscara de la nuez: si tratas de abrirla en el momento equivocado, no se abrirá, pero una vez que está madura, le das un golpe en el lugar adecuado, y se abre con facilidad. Recuerda la frase de sabiduría milenaria que dice: “Solo cuando los oídos del alumno estén preparados, aparecerá la voz del maestro”.

La vida diaria es nuestro proceso de maduración. Y un día, alguien o algo aparecerá y nos despertará, para que iniciemos nuestro proceso de apertura, hacia el conocimiento de nuestros propios procesos y a partir de ese momento se cruzaran en nuestra vida los seres que necesitemos, llegando tan lejos como quieras llegar en el proceso de aprendizaje, en función del trabajo y esfuerzo que pongas en ello.

sábado, agosto 19, 2006

En silencio.

Mi forma de moverme y mi forma de hablar están íntimamente relacionadas. Y ambas reflejan la forma en la que vivo y me vivo. No hay mejor sistema para conocernos a nosotros mismos que observar nuestros propios gestos, nuestra manera de andar, el tono con el que hablamos, la forma en la que miramos, cómo nos sentamos, nuestro ritmo de respiración...

Hacia dónde dirijo la mirada, cómo me toco a mi misma, cómo toco a los demás, dónde sitúo mi centro de gravedad... Cómo hablo, qué volumen y tono de voz uso, qué palabras utilizo, qué expresiones salen de mi boca, qué frases hechas se me escapan...

Observarme y ser consciente de estas pequeñas cosas me puede dar una cantidad de información y si cambio esas variables, cambiarán automáticamente otras cosas en mí. Pero lo que refleja mejor que nada nuestra forma de vivir son nuestros silencios, cómo manejamos el silencio o cómo respetamos el silencio de los demás.

El silencio es un purificador que me permite poner puntos y aparte, que me da la oportunidad de escuchar lo que otros me dicen, que crea un margen lo suficientemente amplio como para poder reflexionar. Mirar a la luna o a las estrellas en silencio, mirar el sol poniéndose por el horizonte en silencio, ver las olas del mar estrellándose contra la arena en silencio, recoger la sonrisa de un ser querido en silencio...

Las conveniencias sociales penan el silencio. Está mal visto estar en silencio delante de otras personas. En el ascensor nos ponemos nerviosos porque se espera que digamos algo ("parece que va a llover"). Si estamos en silencio, enseguida alguien nos dirá "¿en qué piensas?". Le decimos al niño que se calle y al mismo tiempo le impedimos estar en silencio.

El silencio es la llave que abre nuestra puerta interior, que nos permite mirar dentro de nosotros mismos. Estar en silencio no es estar callado, no es no hablar.

Estar en silencio es acallar nuestra verborrea interior, crear un espacio a la conciencia propia, dejar de hacer juicios de valor, es escuchar nuestros sentimientos.

Estar en silencio es estar callado por dentro, dejar que la fuerza de cada instante penetre hasta lo más profundo de nosotros mismos.

Estar en silencio es vivir la realidad, establecer contacto con lo que entra por mis sentidos.

Estar en silencio es hacer que las palabras adquieran su verdadera función de comunicación.
El silencio nos hace crecer y madurar.
Porque podemos estar en silencio aunque estemos hablando.

miércoles, agosto 09, 2006

El silencio del Alma

Los silencios mantienen los secretos, por tanto,
el sonido mas dulce es el sonido del silencio.
Esa es la cancion del alma,
algunos escuchan el silencio en la oracion,
otros cantan la cancion en su trabajo,
algunos buscan los secretos en la contemplacion tranquila.
Cuando se alcanza la maestria o se experimenta,
los sonidos del mundo pueden apagarse,
las distracciones aquietarse.
Toda la vida se convierte en meditacion.
Todo en la vida es una meditacion,
en la que contemplas lo Divino y experimentando de esta manera,
todo en la vida esta bendito.
Ya no hay lucha ni dolor ni preocupacion.
Solo hay experienciaRespira en cada flor,
vuela con cada pajaro,
encuentra belleza y sabiduria
puesto que la sabiduria se encuentra en todos los sitios donde se forma la belleza.
La belleza se forma en todas partes,
no tienes que buscarla, sino que vendra a ti.
Cuando actuas en este estado,
conviertes todo lo que haces en una meditacion y asi ,
en un don, en un ofrecimiento de ti a tu alma y tu alma a El Todo.
Al lavar los platos, disfruta del calor del agua que acaricia tus manos,
al preparar la cena, sientes el amor del universo que te trajo este alimento
y como un regalo tuyo al preparar esta comida viertes todo el amor de tu ser
Al respirar, respira largo y profundo, respira lenta y suavemiente,
respira la suave y dulce naderia de la vida,
tan plena de energia, tan plena de amor.
Es amor de Dios lo que esa respirando, respira profundamente y podras sentirlo.
Respira muy, muy profundamente y el amor te hara llorar.......... de alegria.
Porque conociste a tu Dios y tu Dios te presento con tu alma
Utiliza tu vida como una meditacion y todos los eventos en esta.
Camina en la vigilia, no dormido.
Muevete con perfeccion,
no sin esta y no te detengas en la duda ni el temor,
tampoco en la culpa ni en la autorrecriminacion,
reside en el esplendor permanente con la seguridad de que eres muy amado.
Siempre eres Uno con Dios
Siempre eres bienvenido a casa.
porque tu hogar es MI corazon y Mio es el tuyo.
"Somos todo lo que es, todo lo que fue y todo lo que sera".

martes, agosto 01, 2006

El ahora.

La entrega es la simple, pero profunda sabiduría de ceder más que oponerse al fluir de la vida. El único lugar donde se puede experimentar el fluir de la vida es en el Ahora, así que entregarse es aceptar el momento presente incondicionalmente y sin reservas. Es abandonar la resistencia interior a lo que es, por el juicio mental y la negatividad emocional.

Se vuelve particularmente pronunciada cuando las cosas "van mal", lo que significa que hay una brecha entre las demandas o expectativas rígidas de nuestra mente y lo que es. Esa es la brecha del dolor. Es precisamente en estas ocasiones cuando se debe practicar la entrega, si queremos eliminar el dolor y la tristeza de nuestra vida. La aceptación de lo que es, lo libera inmediatamente de la identificación con la mente y así lo vuelve a conectar con el Ser. La resistencia es la mente.

La entrega es un fenómeno puramente interior. No significa que en el exterior no se pueda actuar y cambiar la situación. De hecho, no es la situación total lo que se debe aceptar cuando se entrega, sino sólo el minúsculo segmento llamado el Ahora. Por ejemplo, si estuvieras atascado en el barro en algún sitio, no dirías: "Bien, me resigno a quedarme en el barro".

La resignación no es entrega. No tiene que aceptarse una situación vital indeseable o desagradable. Ni necesitamos engañarnos y decir que no hay nada malo en estar atascado en el barro. No, reconocemos completamente que queremos salir de ahí. Entonces concentramos nuestra atención en el momento presente sin etiquetarlo mentalmente de ninguna forma. Esto significa que no se juzga al Ahora. Por lo tanto, no hay resistencia, ni negatividad emocional. Aceptamos el ser del momento. Entonces emprendemos la acción y hacemos todo lo que podemos para salir del barro. Tal acción la llamo acción positiva. Es mucho más efectiva que la acción negativa, que surge de la ira, la desesperación o la frustración. Hasta que logremos el resultado deseado, continúa practicando la entrega sin calificar el Ahora.

La incapacidad de aceptar endurece nuestra forma psicológica, la cáscara del ego, y crea así un fuerte sentido de separación. El mundo que nos rodea y en particular la gente se perciben como amenazas. Surge la compulsión inconsciente de destruir a los demás por medio del juicio, así como la necesidad de competir y dominar. Incluso la naturaleza se convierte en nuestra enemiga y nuestras percepciones e interpretaciones están dominadas por el miedo. La enfermedad mental que llamamos paranoia es sólo una forma un poco más aguda de este estado normal, pero disfuncional, de conciencia.

La entrega es perfectamente compatible con la acción, con iniciar cambios o lograr metas. Pero en el estado de rendición hay una energía totalmente diferente, una cualidad distinta, que fluye en su actuar. La entrega nos vuelve a conectar con la fuente de energía del Ser y si nuestra actuación está infundida por el Ser, se convierte en una celebración gozosa de energía vital que nos lleva más profundamente al Ahora. Por medio de la no resistencia, la calidad de nuestra conciencia y, por lo tanto, la calidad de todo lo que estamos haciendo o creando se realzan inconmensurablemente. Los resultados entonces se producirán por sí mismos y reflejarán esa calidad. Podríamos llamar a esto "acción entregada".

La cualidad de nuestra conciencia en este momento es la que constituye el determinante principal del tipo de futuro que experimentaremos; así, entregarse es lo más importante que podemos hacer para producir un cambio positivo. Cualquier acción que realicemos es secundaria. No puede surgir una acción verdaderamente positiva de un estado de conciencia sin entrega. En el estado de entrega, vemos muy claramente lo que debe hacerse y actuar haciendo una cosa cada vez y concentrándose en una cosa a la vez. Aprender de la naturaleza: ver cómo todo se logra y cómo el milagro de la vida se despliega sin insatisfacción o infelicidad. Por eso Jesús dijo: "miren los lirios, cómo crecen; ni se afanan ni se enredan". Si nuestra situación general es insatisfactoria o desagradable, separa este instante y entrégate a lo que es. Esa es la linterna que atraviesa la niebla. Nuestro estado de conciencia deja entonces de ser controlada por las condiciones externas. Ya no dependemos de la reacción y la resistencia.

Mira los detalles específicos de la situación. Pregúntate: "¿Hay algo que pueda hacer para cambiar la situación, mejorarla o apartarme de ella?" Si es así, actúa apropiadamente. No te concentres en las cien cosas que harás o podrías hacer en el futuro sino en la única que puedes hacer ahora. Esto no significa que no debamos planear. Puede ser que esa planeación sea lo único que se puede hacer ahora. Pero asegúrate de no empezar a proyectar "películas mentales", a proyectarte a sí mismo hacia el futuro y a perder así el Ahora.

Cualquier acción que se emprenda puede no producir fruto inmediatamente. Hasta que lo haga, no nos resistamos a lo que es. Si no se puede actuar y tampoco se puede apartar de la situación, úsela para ayudarte a profundizar más en la entrega, para profundizar más en el Ahora, en el Ser. Cuando entramos en esta dimensión intemporal del presente, el cambio llega a veces de forma extraña sin necesidad de mucha acción de su parte.

La vida se vuelve cooperadora y viene en nuestra ayuda. Si factores internos, como el miedo, la culpa o la inercia nos impiden actuar, se disolverán a la luz de nuestra presencia consciente. No confundamos la entrega con una actitud de "Nada me puede molestar ya" o "Ya no me importa". Si lo miramos de cerca, descubriremos que tal actitud está teñida de negatividad en forma de resentimiento oculto y por lo tanto no es entrega sino resistencia enmascarada. Según nos entregamos, dirigimos nuestra atención hacia el interior para comprobar si queda alguna huella de resistencia dentro de nosotros. Está muy alerta cuando lo hagas; de otra forma la resistencia puede seguir ocultándose en algún rincón oscuro, en forma de un pensamiento o una emoción no reconocidos.

Te deseo un día lleno de conciencia del Ahora, lleno de aceptación y de conciencia para sentir como fluye la vida en tu interior, ese espacio donde todo está bien.

miércoles, julio 26, 2006

Conectarnos a la vida

Desde que salimos del vientre materno y respiramos por primera vez se considera que estamos vivos, pero... ¿Realmente lo estamos? Somos seres vivos dotados de voluntad, libre albedrío y conciencia, pero, ¿Estamos conscientes de nosotros mismos?

Las anteriores preguntas pudieran parecer triviales, hasta que consideramos la importancia de las actitudes en la vida. En la vida la actitud define los desenlaces, y una vida que se emprende consciente de estar vivos y con la conciencia de formar parte de un universo en armonía, facilita adoptar una actitud de vivir sanamente a plenitud. Pero, y si es tan sencillo, ¿Por qué no siempre se logra? Precisamente porque es tan sencillo, podemos algunas veces confundir lo que consideramos es "Estar Vivos".

Vivir es disfrutar, sonreír y amar. Disfrutar del simple hecho de estar vivos, sonreírle a la vida cada vez que vemos salir el sol y escuchamos trinar un pájaro, y amar nuestra esencia al verla reflejada en nuestros semejantes. Se trata de tomar conciencia no solo de la chispa de vida que existe dentro de nosotros, sino también de la fuente de vida que nos alimenta con cada respiración. Asumir actitudes como esa permite la existencia de la espontaneidad en nuestras vidas, y a través de ella conectarnos con el fluir de la Vida para permitir que maravillas se manifiesten en nuestras vidas.

Para lograr todo esto es suficiente con amar la vida, el detalle está en que algunas personas, por diferentes razones, pueden sentir temor a vivir. Y al conectarse con este sentimiento hacia la vida lejos de conectarse con la abundancia, la rechazan, y por supuesto, lo que se manifiesta en sus vidas no es precisamente lo que deseaban. Tal vez nos preguntemos ¿Cómo puede alguien temer a disfrutar de la alegría de vivir?, la respuesta es muy sencilla, y la causa podría ubicarse en experiencias vividas en la niñez.

Ser espontáneos y fluir es natural para los niños. Los niños son un vivo ejemplo de lo que es "Estar Vivos". Son totalmente naturales, están integrados con la naturaleza, al punto de sentirse uno con el viento (has visto a un niño girar con sus brazos abiertos levantando la vista al cielo), responden el palpitar de la vida dentro de si mismos y el ambiente que les rodea sin pensar, simplemente actúan. Son vivos ejemplos de la coherencia con la que todo ser humano nace. Cuando un niño desde su imaginación habla sobre algo, lo siente como real, y actúa para convertirlo en realidad.

El detalle está en las consecuencias de esas acciones emprendidas desde la ingenuidad característica de los niños. Veamos un ejemplo. Supongamos que un niño tuvo la brillante idea de experimentar la vida en exteriores, y se le ocurre tomar del closet de sus padres los mejores vestidos de su madre y los mejores trajes de su padre para construirse una carpa. Procede a llevarlos al patio, donde con ayuda de unas ramas (que antes eran el arbusto preferido de mamá), construye su tienda de campaña en la cual da rienda suelta a su imaginación para reproducir un ambiente de selva tropical (lluvia y lodo incluidos).

¿Cuál crees que serán las consecuencias de sus acciones? Hasta ahora sonaba divertido el relato, Imagina por un momento que fue tu hijo(a) el/la protagonista, ¿Qué harías? De la actitud asumida por los padres dependerá en gran medida la actitud que este asuma ante la vida. Y no podría ser de otra manera, pues si recibe una tunda y se le dice que "arruinó toda la ropa de sus padres" verá transformarse a su diversión (disfrute de la vida, alegría de vivir) instantáneamente en sufrimiento, y asumiría una actitud temerosa cada vez que sienta el impulso de vida que lo llevo a emprender la mencionada aventura. Por favor obviemos lo referente a la debida orientación de ese niño, y concentrémonos en comprender que para un niño es incomprensible como algo que para él fue tan divertido puede molestar tanto a sus padres, y eso nos ayudará a entender porque comienza entonces a temerla a la vida.

A menos que los padres de ese niño sean especialmente cuidadosos para orientarlo correctamente en la manifestación de sus impulsos vitales, este podría comenzar a reprimirlos. Si eso sucede, ese niño podría crecer sintiéndose inadecuado, incomprendido y culpable, y en algunos casos, de una manera desproporcionada para las situaciones que vive.
Cualquier persona que crezca con esas experiencias, sin ser capaz de satisfacer sus impulsos vitales de una manera constructiva, podría sentirse perturbado, y consecuentemente estaría cada vez menos en contacto con su energía vital, y menos dispuesto a permitirse expresarla. En consecuencia, podría desarrollar un miedo a la vida que le acompañe inconscientemente limitando su plenitud, hasta que decida deshacerse de él. Y para deshacerse de él, ayuda comprender cómo se manifiesta para poder identificarlo.

El miedo a la vida por lo general tiende a expresarse desde dos ángulos. El primero interno, le tememos a lo que llevamos dentro, nuestras motivaciones, nuestro impulso vital que nos impulsa a actuar, tememos conocernos. Y el segundo desde el exterior, le tememos a las situaciones externas que pudiéramos encontrar en nuestro camino y a las consecuencias que pudiera causar. De esa manera el miedo a vivir puede transformarse fácilmente en miedo a sufrir, y de esta manera limitar aun más nuestra expresión de vida. Podríamos sentir que si vivimos menos, sufriríamos menos, y en consecuencia estaríamos cada vez menos dispuestos a correr riesgos, por muy pequeños que sean. Si nos examinamos internamente, ¿Encuentras alguno de estos detalles dentro de ti? Si es así alégrate, ese es el primer paso para deshacerte de ellos y recuperar una vida plena, recuerda que renacer es parte de vivir.

El camino más directo para entrar en contacto con la alegría de vivir para recuperar el amor a la vida es probablemente a través de la conciencia de nosotros mismos. Pero, ¿Qué es tener conciencia de nosotros mismos? Esto significa estar constantemente conscientes de nuestros pensamientos, palabras, sentimientos y acciones, así como de nuestras respuestas a los estímulos externos, y ser capaces de comprender como surgen. Tener un alto grado de conciencia de nosotros mismos nos permite evaluarnos, así como a nuestros valores, fortalezas y debilidades. Y a su vez comprender nuestros miedos y debilidades nos facilita superarlos. Para aumentar nuestra conciencia de nosotros mismos es suficiente con mantenernos alertas durante el mayor tiempo posible, y reflexionar sobre nuestros pensamientos y lo que decimos y hacemos.

La reflexión es una herramienta sumamente útil para lograr este propósito. Podemos emplearla reflexionando sobre nuestras fortalezas o aspectos positivos, así como sobre nuestras debilidades o aspectos negativos, y preguntarnos porque existen esas debilidades en nosotros.
Podemos ayudarnos reflexionando sobre hechos concretos como por ejemplo, ¿Por qué temo hablar en publico?, ¿Por qué temo compartir lo que siento, o lo que pienso?, al meditar sobre esto encontraremos la causa y podremos conectarnos con la fortaleza que nos permitirá superarlos.
Tomar conciencia de nosotros mismos involucra evaluar información acerca de nosotros y del medio que nos rodea en un determinado momento de nuestras vidas.

Nuestra percepción de lo que somos está relacionada a: Los estímulos que perciben nuestros sentidos. La manera como los interpretamos. Nuestros sentimientos y emociones. Nuestras intenciones (lo que queremos o deseamos). Y nuestras acciones o comportamiento. Lo anterior es siempre parte de nosotros, el detalle está en permanecer conscientes de ello.

Estar conscientes de nosotros mismos requiere estar conscientes tanto de lo que sucede en nuestro interior como de lo que sucede en el exterior simultáneamente. Tal vez parezca complicado, pero con solo un poco de práctica desarrollamos el hábito de permanecer alertas automáticamente, y cosechamos los beneficios que incluyen: Aumento de la conciencia de quienes somos. Aumento de las opciones que tenemos para expresarnos. Más oportunidades de compartir con los demás desde lo que somos. Aumento de la congruencia en la comunicación. Aumento de la auto estima y confianza en si mismo. Y por si fuera poco, conexión directa con la fuente de vida que brota dentro de nosotros, y la seguridad suficiente para permitirle expresarse plenamente.

Las alas no crecen en las orugas, sólo cuando se arriesgan a encerrarse en un capullo pueden transformarse en una maravillosa mariposa para poder volar libremente. Al poner en práctica lo anterior podemos asumir la aventura de entrar en el capullo de nuestro ser interior para recuperar las alas que son nuestras por derecho de nacimiento.

miércoles, julio 19, 2006

El poder de elegir.

El ser humano ha olvidado que hace millones de años comenzó un juego. El juego consistía en ignorar momentáneamente su esencia divina. Poco a poco dejó de ver las cosas tal como eran para crear una realidad a partir de un sistema de creencias, inconsciente e incontrolado, según los modos negativos de la propia vida emocional.

La vida es una sucesión infinita de puertas cerradas, semiabiertas o entornadas. Difícilmente encontremos puertas completamente abiertas, salvo las que nos han abierto otros y nos han invitado a entrar. Y a veces entrar es como encerrarse. Ellos han elegido por nosotros sin que nos demos cuenta. Pensamos que es el curso natural de las cosas. Que otros señalen nuestros caminos, nuestro caminar. Y no esta mal.

Desde que nacemos necesitamos esa primera guía, esa primera indicación. No sólo la necesitamos, sino que la exigimos: ¿qué ropa de pongo mamá? ¿esta bien que diga tal cosa? Si bien en los primeros años de la adolescencia nos sentimos oprimidos por tanta indicación, y nos creemos capaces de revelarnos contra el mundo y de saber que puertas debemos abrir, al cabo de unos años nos damos cuenta, aunque no lo reconozcamos, que lo que en realidad hacemos es buscar nuevas fuentes que nos indiquen por que caminos transitar.

Padres, hermanos, maestros, amigos, vecinos, le danos voz a quien pueda indicarnos un camino útil, o que lo parezca. Pero los años siguen pasando, miramos las puertas abiertas, nos reprochamos por haber traspasado algunas y pensamos que no existen muchas otras. Creemos que las abiertas son casi las únicas que se podrán abrir. Intuimos en el fondo de nuestro corazón que debe haber otras. Miramos a nuestro alrededor y vemos que otros han abierto otras. Pero, nos decimos, ellos tuvieron más suerte, una mejor familia, más dinero, más belleza, inteligencia, mejores contactos.

Elegir, es lo que se llama tener libertad “la libertad de escoger entre una cosa u otra”. Ahora, la cuestión reside en saber si estamos eligiendo lo que realmente deseamos de la vida. La pregunta que debemos contestarnos, sería la siguiente: ¿Estoy eligiendo lo que me gusta para vivir mi vida plenamente?

Si tu respuesta, es no, y tienes mil excusas, porque no tengo estudios suficientes, porque no tengo dinero suficiente, porque no soy tan hábil, porque soy mujer, o porque soy muy joven o muy viejo, porque ya no tengo tiempo, etc., entonces has caído entre aquellos personas que sufren de una enfermedad muy generalizada, que se llama "Excusivitis Aguditis"

La verdad, es que siempre hemos tenido la libertad de elegir, en cada momento de nuestra vida. Si eres un inválido o enfermo, puedes tener menos opciones, pero si estás entre aquellos que tienen el privilegio de contar con todos sus órganos, entonces no hay excusa que valga. Inclusive, puede ser que pienses que no has tenido la libertad para elegir, cuando en realidad, lo que ha sucedido, es que no te has decidido a reclamar lo que por derecho te pertenece.

¿Cómo es que tomas tus decisiones? ¿Basado en qué?
Debería… Haces lo que crees que deberías hacer.
Para complacer a otros.- Haciendo lo que otros quieren, o haciendo lo que esperan de ti.
Por miedo.- Escogiendo el camino seguro, por miedo a hacer algo diferente.
Por hábito.-De hecho, nunca has pensado en lo que haces, porque estás acostumbrado a hacerlo del mismo modo siempre.

O viéndolo de diferente manera, sabes que posees "El Poder de elegir” cuando tú decides en base a:
Deseo.- Eligiendo lo que tú quieres.
Necesidades.- Eligiendo de acuerdo a tus más grandes anhelos.
Autenticidad.- Eligiendo con la seguridad de que tú sabes quién eres y sabes el terreno que pisas.
Intelectual.- Te esfuerzas en ser alguien en la vida.

O sea que estás completamente convencido de que tienes una gran variedad de opciones para escoger y juegas con esas opciones para elegir según tu criterio. Teniendo muy claro lo que tú quieres, existe un propósito al que darle sentido. Con un objetivo, al cual dirigirte, sabrás fácilmente que te funciona para escoger lo más conveniente.

Ahora, hagamos un alto en el camino, para que te hagas otras preguntas:
¿Por qué estoy haciendo lo que estoy haciendo?
¿Cuál es el objetivo que deseo alcanzar?
¿Estoy feliz de hacer, lo que hago todos los días?
¿Me siento realizado porque estoy persiguiendo un objetivo definido?

¡Anota tus respuestas! Sé consciente, de cómo estás utilizando el material del que está hecha tu vida. Es decir, date cuenta como estás invirtiendo "tu tiempo". Esto te hará reflexionar y "DECIDIR" si lo que estás haciendo te gusta o en su caso, dejarlo de hacer, porque ¡NO LO QUIERES HACER MAS!

Nunca permitas, que se te pasen los días, las semanas, los meses y los años, sin saber si lo que estás haciendo ha sido seleccionado por ti. Tampoco te permitas jugar el rol de víctima, porque aquellos que han aceptado ese papel, lo que en realidad han hecho, es que han dejado a un lado "SU PODER DE ELEGIR"

Tú y solamente tú, eres responsable de tu vida. Eres como la estrella de tu propia película. Cuando te des cuenta de tu propio valor, entonces podrás utilizar tu poder interno, para reclamar lo que quieres de la vida y aprovechando tu tiempo hacer las elecciones que te parezcan correctas.

Para que todo salga bien, debemos tener la mente abierta. No te debemos encerrarnos en el mundo de la rutina. Selecciona un área donde estés insatisfecho con tu vida y elige hacer algo nuevo, algo que te saque de lo monótono. Arriésgate más, haciendo y comportándote de manera diferente. Pónte tus mejores ropas y camina con orgullo.

El poder de elegir y el valor de cambiar lo que no te agrada, serán parte de tus nuevas herramientas. Muy pronto, estarás sorprendido, de que tan sencillo será lograr lo que te propongas. Tendrás la oportunidad de construir tu futuro, sentando las bases en el presente y olvidándote del pasado.

Quizás deberíamos volver un poco a ser niños. Comenzar a dibujar muchas puertas en un papel. Ponerles nombre, señalar caminos. Dar vuelta el papel y seguir dibujando puertas. Luego, sentarnos tranquilos con un café en mano, mirar los dibujos a distancia, reflexionar, analizar. Escuchar lo que el tacto de nuestras manos con el lápiz y el papel nos tiene que decir. Quizás nos demos cuenta que tenemos el poder. El poder de imaginar, de crear, de dibujar puertas y caminos, de inventarlos. Finalmente, quizás comprendamos que tenemos el poder de elegir cual deseamos abrir.

Aunque nos cueste reconocer, somos lo que comemos y comemos lo que sembramos. Dicho en otras palabras, recibimos lo que damos. El mundo que vemos como nuestro exterior es un espejo que nos refleja en cada momento nuestro estado interior.

Victor Frankl, "Todo lo que amamos se nos puede arrancar; lo que no se nos puede quitar es el poder de elegir qué actitud asumir ante estos acontecimientos".

lunes, julio 10, 2006

El arte de vivir.

El "arte de vivir" es una expresión extraña. Los griegos fueron los que elaboraron la teoría del arte. Buscando las razones y las reglas, llegaron a la conclusión de que había cinco elementos que debían hallarse siempre, para que algo fuese considerado "una obra de arte": orden, equilibrio, contraste, unidad y armonía. Estos cinco elementos representen la expresión de las aspiraciones que todos tenemos para nuestras vidas. Buscar en cada uno de nosotros esos cinco atributos, podría dar como resultado una perfecta obra de arte. Podríamos probar...todos tenemos algo de artistas.

¿Qué cosas necesitamos para sobrevivir? Entre las respuestas más evidentes figuran el aire, los alimentos, un lugar donde refugiarnos, vestimenta, agua, etc. No podemos negar que tenemos cuerpos y que "ineludiblemente" necesitamos satisfacer sus requerimientos. Al igual que otros seres vivos, el ser humano cubre sus necesidades básicas a través de su instinto de supervivencia. Pero hay algo que nos diferencia de las otras especies; algo superior al instinto de supervivencia.

Una chispa especial está latente en cada uno de nosotros: el espíritu de superación o de trascendencia. Esta chispa enciende la fuerza que nos impulsa a avanzar; a mejorar; a corregir errores; a sostenernos ante las dificultades y a trascenderlas; a realizar nuevas conquistas (un nuevo amor, más conocimientos, mejor trabajo, más riquezas materiales o espirituales).

El espíritu de superación nos da la energía necesaria para trabajar duro, para enfrentar aquellas cosas que no son fáciles. Nos da tenacidad, capacidad de soportar y de luchar y, sobre todo, nos brinda la fuerza que jamás nos permitirá rendirnos... Aprendemos a detener la marcha... y pensar.

Todo lo que transcurre a nuestro lado y creemos que está fuera de nosotros, en realidad, también está dentro. Eres todo lo que eres...Lo primero que necesitamos hacer, para conocernos a nosotros mismos, es disolver los prejuicios, que son las ideas pre-concebidas, lo que creemos sobre nosotros mismos y sobre los demás, aquello que "pensamos... sin pensar".

Aprendemos a ver y reflejarnos... en los espejos del alma. Cuando estamos con otra persona, ésta siempre tiene una razón tan poderosa como la nuestra. Puede estar equivocada, pero lo que dice es lógico para ella. Si confrontamos con lo que la otra persona expresa, estamos planteando una "lucha a ciegas" donde, lo primero que hacemos, es golpear a la persona en lugar de su discurso... y la otra persona hará lo mismo.

Para bien o para mal, el juego de la comunicación es un espejo. Nuestro golpe nos dolerá. Si no tenemos en cuenta el "efecto espejo" que tiene cada confrontación y no aprendemos a detenerla a tiempo, nuestras discusiones siempre desencadenarán situaciones de lucha, de defensa y ataque, muy poco efectivas para las relaciones humanas.

El cambio personal es un proceso continuo que requiere renunciar a antiguas conductas y puntos de vista, considerando nuevas posibilidades e incorporándolas. Consiste en desafiar las viejas ideas, adquirir conciencia, experimentar la esperanza y probar nuevas formas de hacer las cosas, más congruentes con lo que realmente queremos. Pero esto no es fácil ni lineal. A veces se producen desviaciones, incongruencias, avances y retrocesos, superposiciones y espacios vacíos. En realidad, es una cuestión bastante desordenada.

El cambio personal toma tiempo y exige persistencia, compromiso y paciencia que puede llegar a ser muy desalentador. Y, cuando el corazón se rinde, es fácil perderse en atajos, callejones y vericuetos.

Transitar el camino del desarrollo personal, cambiar, crecer, superarse y mejorar... es como cultivar una hermosa flor. No sólo se siembra la semilla, sino que necesita mucha atención, cuidado y protección. Necesita ser nutrida. Una flor es muy frágil y su vida no es muy larga, pero es una obra de arte que embellece nuestro mundo y deleita a todo aquel que la observa. Lo mismo puede ocurrir con nosotros..."Todo cambio, aún el más esperado, tiene su melancolía porque dejamos atrás una parte de nosotros. Debemos morir, antes de poder entrar en otra vida"

Claves para el despertar:
No comparar
No confrontar
No juzgar
No expectativas

Si observar
Si Silencio (mental)
Si contemplar
Si vivir
Si experimentar
Si verificar

sábado, junio 10, 2006

Caricias, abrazos, saludos... un lenguaje muy valioso

Cuando somos bebés, no manejamos las palabras porque no hemos tenido tiempo de aprender el lenguaje verbal. El que utilizamos es el no-verbal: el contacto físico, la proximidad o distancia, el llanto, la risa, los gestos.... Conforme pasan meses y años, aprendemos y usamos el lenguaje verbal, que acabará predominando en nuestras comunicaciones. Pero las palabras no deberían sustituir al lenguaje no-verbal, porque ésta aporta prestaciones que no están al alcance de las palabras.

Pensemos en ese gesto que nos informa mejor del estado de ánimo de nuestro interlocutor que cualquier discurso oral. O en el tono de voz de una persona deprimida que nos impresiona más que lo que dice. En un beso romántico y amoroso, en una mirada cómplice, en una sonrisa seductora...

Dentro de los diversos tipos de comunicación no verbal, y a pesar de su potencial, la comunicación táctil es una de las que menos se prodiga. Tocar y que nos toquen, además de un estímulo placentero, es una necesidad. Nos vamos construyendo como personas en la interacción humana, forjando nuestra autoestima y sociabilidad. Y el vehículo que utilizamos para ello es la comunicación, tanto verbal como no verbal.

Las miradas, la expresión facial, la sonrisa, los gestos, el volumen, entonación e inflexión de la voz, su velocidad y claridad... conforman todo un lenguaje que no sólo complementa y enriquece el mensaje oral sino que constituye todo un abanico de elementos autónomos y con significación propia que otorgan credibilidad y fiabilidad a nuestras palabras, establecen nuestro grado de coherencia y marcan las relaciones que establecemos con los demás.

Las manos son uno de los instrumentos comunicadores por excelencia. La necesidad de que las personas vuelvan a tocarse, de que los afectos más o menos íntimos utilicen para su expresión el lenguaje de las caricias, los abrazos, los saludos, las palmaditas... la están constatando cada día más los especialistas en relaciones humanas, que han comprobado que quienes durante su infancia no recibieron caricias de sus padres son más proclives a mostrar dificultades para dar o recibir afecto, a mantener una postura corporal rígida y a las limitaciones para expresar su emotividad.

Asimismo, manifiestan una tendencia a evitar el contacto físico con los demás, a verlo como algo inapropiado o "sucio". Son vistas como personas distantes, "frías". Al parecer, estas personas evidencian también una dificultad mayor del a habitual para sentirse queridas y aceptadas por lo demás. Esta incapacidad puede conllevar problemas en el manejo de sus habilidades de comunicación y en la gestión de la agresividad que todos llevamos dentro.

Cierto es que el "tocarse" está sujeto a tabúes, prejuicios y normas, que entorpecen que la caricia sea un hábito más en nuestro modo de expresión cotidiano. Hemos interiorizado que tocarnos el uno al otro forma parte de la comunicación erótica y que cualquier uso distinto del sexual o extremadamente afectivo podría ser mal entendido.

La única excepción "consentida" es acariciar a niños con los que mantenemos relación de parentesco o gran afecto y a los adultos con lo que tenemos una relación personal muy cercana o íntima. Y no son pocos los padres y madres que cuidan mucho cuánto y dónde tocan a sus hijos, ante el temor de que sus tocamientos y caricias puedan constituir abuso o algo similar. Es, sin duda, un tema delicado. Además, niños y adolescentes se muestran ariscos o poco receptivos a las caricias de sus padres y parientes, por entender que "eso es cosa de niños pequeños" y ellos se sienten ya mayores. Y como los adultos apenas se tocan, pues...

El miedo a que se malinterprete el gesto táctil nos conduce a no usarlo y así, poco a poco, vamos descartándolo de nuestro repertorio de conductas. Por otro lado, funcionan las normas sociales que marcan tanto el espacio de proximidad que han de mantener las personas como los "tocamientos" considerados correctos.

Todo dependerá de la zona y modo en que se toca y del parentesco o confianza de las personas a las que se toca. Lo peor es que establecen penalizaciones de índole moral para quien rebasa esos límites y el juicio de valor con el que se etiqueta al trasgresor puede ser, cuando menos, insidioso: "es un pulpo, un zalamero que está todo el día tocando".

Así, en lo que respecta al contacto táctil, nos movemos no desde esa necesidad comunicativa sino desde pautas impuestas que asumimos como otras tantas convenciones sociales. Sabemos que tenemos que guardar ciertas formas pero hemos que asumir que tocar a los demás es un calibre de nuestra capacidad de amar y mostrar aprecio, cercanía y compresión a quienes nos rodean.

Es necesario para nuestra salud física y emocional. Y deviene imprescindible para asentar nuestra autoestima porque no sólo deseamos saber que somos queridos, también necesitamos sentirlo, porque ese estímulo sobre nuestra piel significa la ratificación de las palabras, los besos, las miradas.... Tocar y ser tocados es un arte que se aprende con la práctica, que a su vez nos permitirá distinguir el toque tierno y cariñoso del curativo, del consolador, del que nos transmite seguridad o de ese otro de carácter abierta o sugerentemente sexual.

Diferenciarlos ayudará a gestionar nuestras reservas y miedos y a pedir o rechazar los contactos, atendiendo al momento en que nos encontremos. La rigidez facial, la ausencia de sonrisa, la hostilidad, la falta de apertura y espontaneidad podrían tener que ver con el "hambre de piel". Es un apetito emocional que necesita ser saciado, un deseo que debemos intentar (siempre respetando al otro) satisfacer.

Tocar y ser tocado: un tabú a vencer
No dejemos que los prejuicios nos venzan; si el respeto y el sentido de la medida acompañan a la caricia o abrazo, difícilmente el destinatario se sentirá agredido o confuso. En caso de que así fuera, dejemos que nos lo haga saber, y expliquémosle nuestra conducta.
Si no entiende nuestro argumento, desistamos. Simplemente, nos hemos equivocado. No pasa nada, el mundo sigue girando.
La estimulación táctil puede activar las endorfinas, esas hormonas naturales del organismo que controlan el dolor y están relacionadas con la sensación de bienestar.
Sepamos que un gesto dice más que muchas palabras, de ahí que utilizar el tacto pueda contribuir a hacer más fiable, efectiva y entrañable nuestra comunicación.
La mejor manera de expresar afecto, solidaridad, cercanía, cariño, es tocando al otro, haciéndole saber que nuestro cuerpo siente lo mismo que comunicamos con palabras o gestos.
No olvidemos que tocar y ser tocados es una necesidad fisiológica (cualquiera que sea nuestra edad) y emocional.
Nuestra autoestima pasa por el conocimiento de nuestro cuerpo y éste necesita "saberse" desde el sentido del tacto. Acercarse a uno mismo a través de la piel es darse una entidad corpórea con la que poder acercarnos al otro.

jueves, mayo 18, 2006

Al son que me toquen bailo

La vida es una fiesta que nos ofrece diferentes ritmos para ser bailados y sentir así que todos los momentos buenos o malos los hemos asumido y gozado.

Hay días en que la melodía nos lleva a hacer derroche de alegría, marcar los pasos que damos con energía, bailando sueltos o agarrados, sintiéndonos confiados; contagiando de ritmo a todo el que está a nuestro lado.

Otras veces la música nos llena de melancolía y escuchando la canción que nos toca el alma, hasta lloramos; ahí preferimos bailar abrazados, para no sentir miedo de caer, ni experimentar soledad en esos momentos que estamos pasando. Hay que tener presente que esta canción no es eterna, tarde que temprano llega a su final, y en la fiesta de la vida, cuando menos lo pensemos, otro ritmo diferente nos va a sonar.

Hay sonatas que nos llevan a reflexionar, nos motivan a encontrarnos con nosotros mismos, para conocernos más; hay otras canciones que sintonizamos para huir de la realidad; son demasiado estruendosas y aunque quizás no entendemos lo que traducen, no nos deja escuchar todo aquello que nos duele y nos ha de atormentar.

En cualquiera de estas tandas o etapas de la fiesta, quizás por perder el ritmo o dejarnos llevar por la emoción, podemos dar un mal paso y caer; pisar a quien está a nuestro lado o bailar descoordinado, asumiendo un ritmo diferente, al que la vida nos quiere tocar, sintiéndonos perdidos y prefiriendo muchas veces mejor renunciar y dejar de bailar; sentarnos a ver como lo hacen los demás, para criticarlos, reírnos de ellos o simplemente aburrirnos y no darnos la oportunidad de gozar; cuando esto pase, lo mejor que podemos hacer, es detenernos un segundo, respirar profundamente y empezar a bailar otra vez, para intentar coger el ritmo y no dejarnos perder.

Muchas veces decimos que la fiesta estuvo mala porque no supimos o no quisimos bailar, no pareciera que estamos celebrando la vida, sino siendo testigos de nuestro propio sepelio, aunque seamos concientes de que el corazón nos está latiendo.

No es la fiesta, ni la música, ni lo que nos brinden en cada lugar, lo que hará que la pasemos bien o mal…somos nosotros quien le ponemos el ánimo que le queramos dar… por ello simplemente hay que lanzarnos a la pista y bailar con alma, vida y corazón, el ritmo y la canción que nos regalará la vida hoy.

martes, marzo 14, 2006

La ley del menor esfuerzo.

La ley del menor esfuerzo, no como un abandono de la búsqueda interior sino como un simple dejar brotar espontáneamente lo que nos viene de adentro. Hace referencia a que nosotros debemos practicar la aceptación: de personas, situaciones, sucesos, tal como se van presentando, con la fluidez de un manantial.

Se aceptan las cosas como son en este momento, no como me gustaría o me convendría que fueran aceptándolas. Se acepta la responsabilidad propia de mi situación y de todos los sucesos que percibo como problemas. Se transforma dicho momento en un beneficio mayor al rechazar formas defensivas inconscientes que todos las tenemos ante la evidencia del problema, no adoptando actitudes rígidas que responden a mecanismos neuróticos.

Debemos mirarnos hacia adentro con la mirada profunda del amor y poder observar las decisiones que tomamos. Con solo observarlas y traerlas al plano de la conciencia no fallaremos. Debemos contestarnos: ¿Cuáles son las consecuencias de estas decisiones? ¿Traerán felicidad y realización para mí y para aquellos a quienes afectarán?

Finalmente, pediré orientación a mi corazón, es decir a las voces profundas de mis afectos, a mi yo emocional, a lo que siento más que a lo que pienso. Si estoy a gusto con la decisión, seguiré sin temor porque la misma es un brote de mí ser, algo que salió de mi raíz más profunda.

En el campo de la potencialidad pura, donde se reúne toda la energía cuántica, campo de la conciencia pura, influirán la intención y el deseo. Al ponerlo en práctica en todos nuestros actos, el amor nos permitirá que los obstáculos no disipen nuestra atención en el momento presente.

Aceptaremos el presente como es y proyectaremos el futuro a través de nuestras intenciones y mis deseos más profundos y más queridos. Creo que, a medida que recorremos nuestro mundo interior, tratándonos de conocer un poco más día a día, tomando coraje para enfrentar nuestro pasado, daremos paso a la fortaleza para emprender el hoy sin bloqueos. Y lo haremos con seguridad, debido que el yo nos estará acompañando en este difícil transitar de la vida.

Los miedos, los apegos, las ansiedades y las angustias quedarán atrás. Chopra, nos da una esperanza de vida porque cree y nos convence que el amor es la fuerza que regula la armonía del universo, aunque los seres humanos seamos todavía tan propensos a cultivar los valores materiales y hacer sentir el peso del poder.

Un acontecimiento vital es el descubrimiento de nuestra energía, base de una buena salud, de relaciones personales equilibradas, de seres hacedores, creativos, positivos, en el marco de éste, un mundo tan desvalido.

Tendremos que descubrir los talentos que se encuentran en cada uno de nosotros, porque ello nos llevará a estar en una dicha absoluta; debemos saber en el fondo de cada uno cómo se puede servir a la humanidad y ponernos en práctica. Así llegaremos a un saber que no conoce fronteras: el unir las necesidades de nuestros semejantes con nuestros deseos de ayuda y de servicio.

Al descubrir nuestra divinidad espiritual, esencia pura del amor, encontraremos el talento único que se halla en nuestro ser interior. Seremos entonces hacedores y generadores de la riqueza, ya que las necesidades de éste mundo concuerdan con las expresiones creativas de nosotros, que pasan de lo inmanifiesto a lo manifiesto, del reino del espíritu al mundo de la forma.

Cultivemos el amor, prestemos atención al espíritu interior y así despertaremos a un gozo celestial.

jueves, marzo 02, 2006

Lo que no tiene solución

El ser humano vive en constante búsqueda, su interior es insaciable, siempre está añorando aquello que no tiene, indagando salidas y soluciones, dependiendo de ello su felicidad y aún sus reacciones…

Es más fácil pensar en lo que no tenemos o nos hace falta, así sea poco; centramos la atención en los vacíos y carencias, convirtiéndolos en indispensables para sentirnos realizados, dejando todo lo demás que poseemos a un lado…

Muchas veces en esa búsqueda angustiosa, dejamos ir lo valioso que ya teníamos, porque se nos va la vida buscando quizás una solución donde no la hay, queriendo encontrar algo que tal vez no está; esperando lo que posiblemente nunca vendrá…

Y nos echamos a morir estando vivos, se nos van los mejores años y nos perdemos de mil cosas por no valorar y cuidar lo precioso que poseíamos, tan solo porque fijamos toda nuestra atención en aquello que carecíamos…

Es bueno tener sueños y luchar por ellos; pero no podemos desgastarnos y olvidarnos de lo que poseemos, hay que aprender a ser feliz con lo grande y lo pequeño…

Si las cosas tienen solución, no hay porque angustiarse y perder la paz; trabajemos con ahínco por poderlo arreglar… Pero si aquello no tiene otra salida o no se puede solucionar; tampoco hemos de echar todo por la borda y renunciar a nuestra felicidad; hay todavía mucho por hacer y por soñar… construyamos nuevas ilusiones, busquemos nuestra realización personal…

Hay que aprender a aceptar que tenemos limitaciones y no convertirlas en bloqueos mentales y frustraciones; todos los seres en el mundo tienen cosas que pueden y no pueden hacer o tener, Dios a todos sus hijos les ha colmado de muchas bendiciones; hay simplemente que reconocerlas y cultivarlas; para así no vivir alimentando vacíos, traumas, amarguras y decepciones…

Hay muchas cosas que quizás añoramos y no podemos tener, un amor prohibido, un hijo que no ha nacido, algo de dinero o posición, algún objeto, un trabajo, no pensemos que se nos ha negado, simplemente hay que entender y aceptar que así suele suceder aunque no lo comprendamos y al saberlo nos hagamos daño...

Si eso que nos hace falta, nos impide ser felices… pensemos en todo lo grande y bello que poseemos y en lo que sentiríamos si de repente por centrar la atención en las carencias y limitaciones, lo perdemos… Hay muchos que desearían tener una mínima parte de lo que tenemos; valorémoslo y disfrutémoslo, demos gracias a Dios, superémoslo, ¡Claro que podemos!... Sigamos viviendo y gozando, no dejemos de soñar, quizás cuando menos lo pensemos eso que anhelamos tanto nos llegará…

Si las cosas tienen solución no nos angustiemos, en paz busquémosla… y si no tienen, ¿por qué nos hemos de inquietar?... la vida sigue, hay que continuar…

domingo, febrero 05, 2006

Lógica de privación o Lógica de abundancia

De niña nunca logré entender desde la razón el milagro de Jesús de la multiplicación de los panes y los peces. Es que todos estamos habituados a concentrarnos en que lo que no tenemos, en el miedo a perder, en vez de buscar dentro nuestro los dones que nos llevan a obtener lo que deseamos.

La lógica de la privación es la fuerza que nos empuja a aferrarnos con desesperación a unas pocas cosas seguras en vez de arriesgarnos a los amplios horizontes de los recursos desconocidos.

La obsesión de que siempre habrá demasiado poco, de que no alcanza, de que no podemos dar porque no tenemos, conduce a la mezquindad y a la avaricia. El mayor sufrimiento de la lógica de privación es el miedo a perder que aparece cuando ignoramos que en realidad no tenemos nada. Sólo nos tenemos a nosotros mismos y a nuestra propia capacidad.

Cuando Jesús vio que había cinco panes y dos peces ordenó repartirlos entre cinco mil personas y sus discípulos comprobaron que alcanzó para todos. Si no creemos en lo sobrenatural, basta con mirar a nuestro alrededor y ver que el milagro sucede todos los días.

La riqueza está dentro de nosotros, en todo aquello que realmente tenemos y que ignoramos que está o cómo usarlo. No pretendo que estas palabras sean una propuesta para terminar con el hambre mundial. Sin embargo creo que las cosas pueden cambiar si en vez de pensar que en el mundo debe haber pobres y ricos nos convencemos de que es posible un mundo con abundancia para todos. Más que nada en estos maravillosos momentos en que la ciencia nos devela los secretos de la naturaleza.

La Vida es un manantial inagotable que se ofrece para todos, quienes lo descubren acceden a la verdadera riqueza.

Vivir con miedo y desconfianza tal vez protege nuestros bienes materiales, sin embargo nuestra felicidad será mayor si con una lógica de abundancia abrimos, sin recelos y de par en par, las puertas de nuestro corazón.

viernes, enero 27, 2006

Desapego: El camino hacia la transformación

El mayor ejemplo de desapego nos lo dan las abejas. Después de construir las colmenas las abandonan. Y no la dejan muerta, en ruinas, sino viva y repleta de alimento. Dejan toda la miel que fabricaron de más, sin preocuparse con el destino que tendrá. Levantan vuelo hacia su próxima morada sin mirar para atrás. En la vida de las abejas encontramos una gran lección.
En general el ser humano construye para sí, piensa en el valor de la propiedad, ambiciona conseguir más bienes, sufre y pelea ante la inminencia de perder aquello por lo que "luchó" por conseguir.
"Donde esté nuestro corazón, allí estarán nuestros tesoros..."Por lo tanto, no puede haber Paz donde los pensamientos y los sentimientos forman una telaraña que atrapa al ser en lo que considera suyo. Esta telaraña no lo deja alzar vuelo hacia nuevas moradas. Y dicho impedimento vale tanto en la vida como en la muerte. Prisionero en un plano denso, pierde oportunidades de experiencias superiores.
Para el ser humano, es normal quitarles la vida a los animales y utilizarlos como alimento. También lo es derribar árboles para elaborar conservas con su médula. Compra todo preparado y más de lo necesario En cambio las abejas fabrican su alimento sin destruir nada y, además, donan la mayor parte.
La lección de las abejas está en su espíritu de donación. En un acto poco común de desapego, abandonan lo que les llevó una vida construir. Simplemente lo sueltan sin preocuparse por el destino que tendrá. Dejan lo mejor que tienen, sea para quien fuere, lo cual es muy distinto de donar lo que no tiene valor o dirigir la donación a nuestros preferidos. Si queremos ser libres, si queremos dejar de sufrir por lo que tenemos o por lo que no tenemos, debemos abrigar un único deseo: Transformarnos.
El ejercicio consiste en tener siempre presente que nada ni nadie nos pertenece, que no vinimos al mundo para poseer cosas o personas, y que debemos soltarlas. De modo que, cuando algo o alguien tiene que irse de nuestra vida, no alimentemos la ilusión de pérdida. Adquirimos una visión más amplia.
El sufrimiento llega cuando nos aferramos a algo o a alguien. El apego empaña lo que debería estar claro: por detrás de una supuesta pérdida se esconde la enseñanza de que está por llegar algo nuevo y mejor para nuestro crecimiento.

Y si no renunciamos a lo viejo ¿Cómo puede haber espacio para lo nuevo?...

domingo, enero 22, 2006

Vivir con Pasión

La raíz griega de la palabra entusiasmo significa «la divinidad dentro de ti». Esto quizá pueda asombrar, pero pensemos en aquellos momentos en que hemos tenido la sensación de olvidarnos de todo, incluso de nosotros mismos, al realizar algo con pasión. Ese estado de puro júbilo y exaltación es una de las formas de tocar el cielo estando en la tierra. Recuperar la capacidad de apasionarse requiere una actitud vital más creativa, en el sentido de no tener muchas ideas fijas ni seguir caminos muy estipulados.

La pasión es a la vida lo que el apetito a la comida. Sin apetito no podemos disfrutar de una buena comida, así como sin pasión no podemos apreciar ni gozar de la existencia. Por lo tanto, uno de los secretos para que domine la felicidad sobre la desdicha es mantener vivo el motor del entusiasmo, pues la pasión es lo que nos impulsa a interesarnos por las cosas, a aprender, a conocer... Es esa energía que nos hace sentirnos vivos e inspirados, con ganas de seguir adelante, y lo que acaba dando sentido a nuestras vidas.

La falta de pasión es la apatía. Siguiendo el ejemplo sería como comer por obligación, a desgana, y significa que nada o muy pocas cosas logran interesar a la persona. Sin interés, sin motivación, es imposible encontrar placer en lo que se vive o en lo que se realiza, y así se inicia el círculo vicioso que lleva a deprimirse.

La invitación hoy es a recuperar para nosotros el sentido de vivir con pasión en el sentido de recuperar ese entusiasmo, esa alegría de vivir, que a menudo se encuentra atenazada entre el sentido del deber y la represión. No se trata, desde luego, de dar rienda suelta a todos los impulsos, puesto que la pasión desenfrenada conlleva sus peligros, sino más bien de encontrar un punto medio que permita mantener vivo el apetito, sabiendo qué es lo que nos atrae y apreciando los múltiples sabores.

Vías para cultivar la pasión.
Estas sugerencias pueden servir para aumentar el grado de apasionamiento en nuestras vidas:
. Enfocar la atención.- Para disfrutar de algo plenamente es crucial que la atención no esté dividida, sino enfocada hacia una sola cosa. Si escuchamos música, hacer sólo eso. Si comemos, intentar centrarte en los sabores que estamos sintiendo. Experimenta lo que desees, pero concentrándote en un único estímulo.
. Saber escuchar nuestras sensaciones.- De vez en cuando, parate a atender qué es lo que sientes en diversas situaciones e intenta identificarlo. Cuando aprendemos a confiar más en nuestros sentimientos y sensaciones obtenemos pistas más fiables acerca de lo que estamos viviendo.
. Más tiempo para nuestros intereses.- Intenta que en tu vida esté más o menos equilibrado el tiempo que dedicas a lo que consideras obligaciones y el destinado a lo que consideras placer. Mantén viva alguna de tus aficiones, pues son como alimento para el espíritu.