Aceptación no es pasividad, sino lucidez para ver las cosas
tal cual son, sin rechazarlas. En este punto, esta actitud se diferencia de la
tolerancia: cuando dejamos que los otros nos hagan cosas o que persistan
situaciones que nos dañan o comportan sufrimiento y frente a los cuales podríamos
hacer algo. En este caso, deberíamos analizar la situación, y buscar qué pasa
con nosotros para no producir los cambios necesarios para salir de la posición
de “Víctima”.